La supresión del servicio militar obligatorio alivió a miles de españoles, pero dejó en el aire un derecho constitucional que tienen todos los ciudadanos, recogido en la Constitución que es el de servir a España mediante la colaboración con las Fuerzas Armadas profesionales.

Para suplir esta carencia, y siguiendo el ejemplo de otros países europeos, el Gobierno creó la figura de los reservistas voluntarios, personas civiles que durante un periodo de tiempo al año se ponen al servicio del Ejército para cubrir con sus conocimientos profesionales las posibles necesidades que la defensa nacional precise. En la Región hay 164 son reservistas voluntarios. Médicos, odontólogos, enfermeros, psicólogos, ingenieros, informáticos, químicos, juristas, topógrafos, mecánicos, electricistas... Perfiles muy diversos que, por la vocación castrense insatisfecha, dedican incluso sus vacaciones a realizar el cometido que le encargue el Ejército.

En Murcia, precisamente, está uno de los 22 centros de reclutamiento de reservistas, que examina a personas de la Región y de Albacete. Allí está el teniente coronel Agustín Donaire, responsable del área de reclutamiento de la Delegación de Defensa en Murcia, situada en la calle General Sanmartín. Donaire iniciará muy pronto el nuevo procedimiento para la selección de aquellos ciudadanos que deseen colaborar con el Ejército en lo que más se adecúe a su formación y experiencia.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado lunes la convocatoria de este año, que consta de 100 plazas para toda España. «Con la figura del reservista se atiende una necesidad común de las Fuerzas Armadas y de la sociedad. Por un lado, el Ejército tiene a su disposición el conocimiento del personal civil que pueda servir para tareas concretas, mientras que los ciudadanos cumplen con su deseo y su derecho constitucional de pode servir a España colaborando con nosotros», afirma el teniente coronel Donaire, que afirma que los reservistas pueden ser tropa, suboficiales y oficiales, y que hay casos de civiles que han llegado a ser capitanes.

Para ser reservista civil del Ejército hay que tener la nacionalidad española, estar en la franja de edad entre 18 y 58 años (55, para la categoría de tropa), carecer de antecedentes penales y no estar condenado, procesado, imputado o investigado en un proceso judicial por «delito doloso», según establece la convocatoria. Los interesados deben dirigirse a la Delegación de Defensa y acreditar los méritos que dispongan para acceder a la plaza concreta que las Fuerzas Armadas reclaman. A los aspirantes se les somete a un reconocimiento médico, que incluye una prueba de personalidad, y tras el proceso se les califica como aptos o no aptos. Pasan entonces a una bolsa estatal, en las que se ordena a los candidatos de mayor a menor en función de los méritos que hayan presentado.

Los seleccionados pasan inmediatamente a recibir una formación militar básica, que suele ser de quince días, tras la cual juran bandera con toda la solemnidad. Más tarde se les da una formación específica relacionada con la unidad en la que vayan a servir. «Una vez superadas estas dos fases, adquieren la condición de reservistas y quedan a nuestra disposición para llamarlos una vez al año para que presten servicio en tareas concretas de su unidad», indica Donaire, que asegura que este periodo de activación es de entre uno y cuatro meses, y el Ejército español acuerda previamente con los reservistas las fechas en las que pueden incorporarse a las unidades, para que así puedan compatibilizarlo con sus ocupaciones. El pasado año entraron seis reservistas murcianos, mientras que en el ejercicio anterior fueron cuatro.

Los reservistas civiles son renovados cada tres años y a los seis pueden optar a ascensos. Además, durante los meses en los que prestan sus servicios tienen derecho a recibir una indemnización, «que es de tres veces el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en el caso de los oficiales, de dos veces y medio el SMI en el caso de los suboficiales y de dos veces en lo referente a los soldados», según el teniente coronel. Pero un médico del sector privado que deja su consulta durante un tiempo para irse a una misión en una fragata de la Armada no busca la compensación económica. Busca algo que no se puede pagar. La sensación de pertenecer, con todas las de la ley, a un cuerpo destinado a proteger a los demás.

Muy útiles en casos de emergencias

El Ejército es clave para la gestión de catástrofes. La UME siempre está ahí cuando hay una emergencia importante, como se vio en Lorca. En esos momentos, más que nunca, se puede movilizar a los reservistas voluntarios que tengan realizados los cursos específicos de emergencias. En caso improbable de una agresión de otro país (o viceversa), lógicamente estos reservistas civiles se incorporarían inmediatamente al Ejército. «Pero es que habría una movilización general, que tendría que ser ordenada por el Congreso de los Diputados», considera el teniente coronel Agustín Donaire.

Profesionales En marcha el acceso a tropa y marinería

Profesionales En marcha el acceso a tropa y marineríaProceso de selección. En el edificio de la Delegación de Defensa de la calle General Sanmartín de Murcia también se llevan a cabo estos días las pruebas de selección de tropa y marinería para las Fuerzas Armadas profesionales. Actualmente se está en el segundo ciclo de selección (de los tres que hay durante el año). En el primero, que se desarrolló en junio, hubo 1.361 candidatos de la Región de Murcia, dentro de los 23.000 jóvenes de toda España que optaban a las 2.000 plazas que se ofertaban. Ahora se está desarrollando el segundo ciclo, en el que se han presentado un total de 1.128 murcianos. El edificio militar es durante estos días un ir y venir de jóvenes que quieren dedicar su vida profesional a las Fuerzas Armadas, que están pasando estos días el reconocimiento médico al que se les somete, que incluye un test de personalidad y drogas. También unas pruebas de resistencia y habilidades físicas. Todavía queda pendiente un tercer ciclo de selección, que se iniciará el próximo 11 de diciembre.