El conflicto independentista en Cataluña y la posibilidad real de que España se rompa ha despertado un sentimiento que parecía dormido en las últimas décadas. El nacionalismo español parece resurgir y en cualquier calle de la Región se pueden ver a día de hoy edificios cuyos balcones están adornados con banderas nacionales, que también han sido exhibidas en las movilizaciones ciudadanas que en las últimas semanas se han celebrado en distintas ciudades de España en defensa de la unidad nacional.

La inmensa mayoría de enseñas que se observan son constitucionales, lo que demuestra el compromiso de los españoles con el régimen democrático de libertades que trajo la Constitución de 1978. Pero alguna bandera franquista, conocida popularmente como ´la del pollo´, también ha asomado por ahí. Eso, y algunas acciones que están protagonizando en la Región en los últimos tiempos grupos de corte radical, (ellos no se identifican, e incluso la detestan, con la etiqueta de extrema derecha) hace preguntarse si estos grupos ultras pueden llegar algún día a tener éxito en unas elecciones.

El politólogo Javier Sierra no cree que haya caldo de cultivo para que eso ocurra a corto plazo. «El estigma social de la ultraderecha es mucho más fuerte en España que en otras zonas de Europa. Cualquier manifestación de este tipo genera muy pronto el rechazo unánime, algo que no ocurre, sin embargo, con la extrema izquierda, que sí se tolera», asegura Sierra quien rechaza, no obstante, que el hecho de sentirse orgulloso de ser español y exhibir la bandera «se vincule con ser facha». «Considerarse español no necesariamente implica ser nacionalista. No creo que sea negativo recuperar la posibilidad de manifestarnos y sentirnos españoles, defendiendo la Constitución, sin miedo al qué dirán», afirma el politólogo.

Sí observa Sierra que la actuación que ha mostrado el PP, sobre todo inicialmente ante el conflicto catalán, pueda haber decepcionado a sus votantes situados más a la derecha. «Otros partidos como Ciudadanos o VOX quizás pueden haber sido más contundentes y eso, según evolucione la crisis, puede pasar factura a Rajoy», opina. La única posibilidad de éxito para la opciones más extremas sería que el conflicto catalán degenerare en violencia, como ocurrió en la antigua Yugoslavia. En definitiva, es posible que los grupos ultras crezcan, aunque no lo suficiente para triunfar en una cita electoral.

El también politólogo Antonio Pérez tampoco da posibilidades de éxito electoral a la extrema derecha mientras el Partido Popular no se derrumbe. «El voto útil funciona muy bien en todo el espacio de la derecha. A la hora de las elecciones, optarán por PP. Si este cae, por Ciudadanos o incluso por partidos localistas que puedan surgir».

En efecto, en la Región estas formaciones, como en el resto de España, no han tenido nunca fuerza electoral. Cuando se han presentado a las elecciones desde 1977, su resultado ha sido testimonial. Actualmente, hay tres organizaciones de este tipo que operan en la Región: Falange, que tiene incluso una sede en Molina, Democracia Nacional, y la asociación Lo Nuestro, la más activa que ha protagonizado en los últimos meses acciones como algunas manifestaciones y sus repartos de comida exclusivamente para ciudadanos españoles.