Para ser donante de semen hay que cumplir una serie de requisitos, además de pasar una entrevista médica y otra psicológica. Entre las normas se establece que la persona que dona tenga entre 18 y 40 años, no padezca ninguna enfermedad mental ni física y, por supuesto, que lo haga de forma altruista, aunque este gesto sí que se compensa con una pequeña remuneración por parte de las clínicas. Debido a la legislación española y a que en nuestro país se guarda el anonimato del donante, España es el país del mundo con mayor número de donaciones para tratamientos de fertilidad, ya sean de semen o de óvulos, según reconoce el doctor Juan Carlos García, de la clínica Ginemed Murcia. Además, explica que «en Reino Unido, por ejemplo, no se preserva la intimidad, lo que hace que los futuros hijos puedan buscar de mayores a sus padres, lo que frena las donaciones. Sin embargo, en nuestro país sólo se requeriría al padre biológico en caso de enfermedad del hijo, pero siempre manteniendo su anonimato».

Aunque en España aún no existe un registro de donantes que permita llevar un control, sí que se establece un máximo de seis hijos nacidos del mismo donante, por lo que cuando se llega a esta cifra se destruyen todas las muestras de semen que quedan en el centro de esa persona.

Precisamente, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad anunció hace unos días que está ultimando la puesta en marcha de un Sistema de Información en Reproducción Humana Asistida (SIRHA) pionero en Europa que garantizará el control de las donaciones y sus resultados.

El SIRHA es un sistema de información que permitirá la trazabilidad completa de todas técnicas de reproducción asistida y contará con tres registros; el de donantes, el registro de centros y servicios de reproducción humana asistida y el registro nacional de actividad y resultados. La directora general de Cartera Básica de Servicios del SNS, Encarnación Cruz, explica que «lo que hace SIRHA es un viaje completo de una técnica de reproducción humana», desde que el donante dona sus óvulos o espermatozoides hasta el nacimiento del bebé. Con la puesta en marcha de este sistema, España cumple la normativa nacional y europea y garantiza que las técnicas de reproducción sean una prestación sanitaria «de alta calidad y seguridad». Así, Cruz ha explicado que si, como consecuencia de una donación naciera una bebé con alguna enfermedad congénita, este sistema permitirá llegar a los donantes y evitar que esto vuelva a ocurrir, lo que supone «una garantía para las parejas y futuros padres».