Cuando una mujer recibe el diagnóstico del cáncer de mama siente que su vida se para, todo lo que ayer parecía urgente o prioritario deja de serlo. Familia, trabajo, amigos y proyectos quedan en suspenso para afrontar otro reto que ha irrumpido sin avisar, una enfermedad que superan cerca de nueve de cada diez mujeres pero que arrolla a la persona y le obliga a rehacerse desde los cimientos. Para ayudarles en este camino las pacientes cuentan con el apoyo y la voz de Mamen Gómez, la psicóloga de la Asociación Española Contra el Cáncer en Murcia que atiende a las afectadas en la consulta 9 de la tercera planta del Hospital de Día de la Arrixaca. Allí, en ese pequeño espacio, es donde ella intenta avivar la llama de la esperanza en estas pacientes oncológicas que, en la mayoría de las ocasiones, llegan con miedo, temores e incertidumbre sobre cómo afrontar la enfermedad.

Mamen reconoce que el servicio de psiconcología nació gracias a las inquietudes de la AECC y del propio doctor Agustín Navarrete y que aunque en un primer momento costó que tuviera el espacio que merece, ahora está presente en todo el proceso y se le ha dado la continuidad que necesita, incluyéndolo hasta en las sesiones clínicas. Durante la semana esta psicóloga dedica tres días a pasar consulta en el despacho donde nos recibe y dos días a visitar a los enfermos que se encuentran hospitalizados. Recuerda que el acompañamiento es fundamental y que los pacientes necesitan apoyo en cualquier momento del proceso, ya sea en el diagnóstico, en el tratamiento, durante las recaídas, en la etapa de supervivencia o en el final de la vida.

«Es común ver el miedo inicial y la incertidumbre. El miedo a los efectos secundarios, el miedo a las recaídas, el miedo a cómo se lo dirán a la familia, el miedo a la mastectomía, un miedo que les acompaña durante todo el proceso y que hay que aprender a gestionar», explica. Las pacientes tienen que sacar la rabia y la tristeza y por eso la psicóloga de la AECC les ofrece unas pautas para afrontar la situación, ya que «el cáncer te para la vida y hay que aprender a arrancar de nuevo». Entre estas pautas está el adoptar un estilo de vida saludable, el ventilar y compartir las emociones y delegar en otras personas.

En cuanto a la forma en la que cada paciente afronta la situación, Mamen Gómez señala que «los cánceres no van andando por la calle, los llevan las personas y cada una lo vive de forma distinta». Por ello explica que no lo vive igual una chica de 20 años que quizá ni esté trabajando ni tenga aún un proyecto de vida que una mujer de 39 con hijos, trabajo y un marido, o una señora mayor que tiene que dejar de cuidar a sus nietos para hacer frente a la enfermedad, sintiendo que sobrecarga a sus hijos. Ante estos casos, el Servicio de Oncología ofrece todas las herramientas para aprender a afrontar al cáncer más común entre las mujeres y el que mayor tasa de supervivencia tiene.