El presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en la Región de Murcia, Agustín Navarrete, puso el acento, con motivo del Día contra el Cáncer de Mama, en las lagunas que la actual legislación laboral tiene para las mujeres afectadas por un tumor.

«Todo lo avanzado en la investigación científica y clínica no se corresponde con el desarrollo de la norma que permita a las pacientes incorporarse con normalidad a su trabajo», apuntó. «De hecho los datos que se manejan indican que algo más del 20 por ciento no pueden volver con normalidad o dejan de trabajar».

Una mujer que ha sufrido un cáncer de mama no tiene cobertura legal, por ejemplo, a la hora de solicitar una reducción de jornada, un derecho que sí está plenamente reconocido en el caso del cuidado de hijos hasta los 12 años o de familiares mayores. En ambos casos está amparado por la Ley de Conciliación de la Vida Laboral y Familiar. En enfermas de cáncer de mama, la paciente tiene que negociar con la empresa esta posible reducción de jornada, que, de conseguirse, es a través de un acuerdo privado con el empleador.

Navarrete destacó que este problema social no está siendo abordado como debiera, así como otro tipo de terapias distintas a la meramente clínicas, como las psicológicas, pese a que «ellas necesitan mucho apoyo, al igual que sus familiares». Tampoco, dijo, suele valorarse la incapacidad laboral o la concesión de algún grado de invalidez. Unas veces se conceden y otras no.

El presidente de la asociación subrayó la importancia de celebrar esta efeméride, porque «es el tumor más importante que afecta a la mujer», si bien destacó que en los últimos cinco años, la evolución de la investigación había logrado incrementar la esperanza de vida del 70 al 90% de los casos.

«Ya no se habla de un cáncer de mama genérico, sino que viene acompañado de nombre y apellidos, por lo que el tratamiento es más individualizado y esto ha permitido mejorar mucho la recuperación total», indicó, recordando que en la Región hay casi 700 nuevas enfermas al año.

El exjefe de Oncología del Hospital Virgen de la Arrixaca indicó que la investigación clínica está avanzando tan rápido que ya hay quien no ve necesario el uso de mamografías para detectar los tumores. «Con un análisis de sangre se puede realizar una biopsia líquida, de donde sale el diagnóstico; y cada día está más en auge».

Sin embargo, mientras que esta práctica se pueda generalizar, la AECC, a través de un convenio con la Consejería de Sanidad, se encarga de hacer las pruebas de cribado de la enfermedad.

El programa está destinado a mujeres de entre 50 y 69 años, aunque ya hay voces que consideran que se debería ampliar la horquilla de edades.

«Estaría bien, pero lo que nosotros esperamos por encima de todo es que la gente acuda a las revisiones cuando la avisamos», señaló Navarrete, indicando que cada año en la Región se convoca a 155.000 mujeres para que se realicen la mamografía, pero alrededor de 20.000 no acuden a la prueba.