Ocho de los 250 guardias civiles que el lunes fueron expulsados de un hotel de Calella, en Cataluña, son de la Región. Después de que el dueño del establecimiento se viese obligado a echar a los agentes, por presiones del Ayuntamiento, los desplazados desde la Región fueron realojados en un cuartel militar.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Murcia lamenta «el sentimiento entre estos trabajadores, que tuvieron que abandonar el hotel en medio de un ´pasillo de la vergüenza´ en el que fueron insultados por los independentistas», una situación que supuso, denuncian «una profunda humillación» para estos profesionales.

Tras verse obligados a salir del hotel, los ocho agentes murcianos pasaron la noche en unas instalaciones militares, pertenecientes al Ministerio de Defensa. Al no ser un hotel propiamente dicho, hay carencias, como las de toallas, que, según AUGC, compraron los propios guardias.

Un policía nacional murciano desplazado, asimismo, a Cataluña, apuntaba el martes a LA OPINIÓN que, si tuviesen problemas en los hoteles, «en cualquier momento podemos ir a cuarteles militares», en virtud de este acuerdo con el Ministerio de Defensa.

No obstante, el Gobierno central ordenaba el martes a los agentes que no abandonen ningún establecimiento hotelero siempre que haya contrato en vigor.

El Ejecutivo de Rajoy y la Fiscalía reaccionaron ante el acoso que están sufriendo los agentes destinados en Cataluña, en concreto contra la decisión de los hoteles de Calella y Pineda de Mar de forzar su salida.

En tierras catalanas hay actualmente 49 guardias desplazados desde la V Zona, la de la Región. «AUGC se encuentra en contacto permanente con ellos y nos trasladan que en general se encuentran en buenas condiciones de alojamiento, unos en acuartelamientos de la Fuerzas Armadas y otros en uno de los barcos situados en el Puerto de Barcelona», explican desde el colectivo.

«Tristeza y frustración»

«Sin embargo, el estado de ánimo es de tristeza y frustración por la situación en la que se encuentran de tensión con la población y de la presión ejercida por algunos ciudadanos cuando los guardias cumplen con sus obligaciones», añaden al respecto.

«Son numerosos los testimonios de recibir sobre todo insultos y sobreactuación por parte de los ciudadanos cuando los agentes realizaban los diferentes desalojos, simulando lesiones o agresiones inexistentes», denuncian desde la Asociación Unificada.

Por otro lado, AUGC ha pedido al delegado del Gobierno en Murcia, Antonio Sánchez-Solís, que «se suspendan los desfiles y actos protocolarios previstos para el día 11 de octubre en la Plaza Cardenal Belluga de Murcia con motivo de la Festividad de la Virgen del Pilar, patrona del Cuerpo, en solidaridad y apoyo de nuestros compañeros desplazados en Cataluña».

«No resulta ni ético ni moral que celebremos festividad alguna, mientras que nuestros compañeros se encuentran en situación de desamparo y tensión», detallan desde la agrupación.