La sequía sigue azotando tanto a los embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, como a los de la cuenca del Segura, que esta semana han vuelto a descender en sus reservas y han dejado imágenes espectaculares, muy alejadas de las de hace apenas tres años. La situación es tan crítica que cada vez se aleja más la posibilidad de nuevos trasvases al Sureste. Terminará el año hidrológico 2016-2017 con cero trasvases y comenzará, el 1 de octubre, también a cero.

En el Tajo, los pantanos de los que parte el Trasvase Tajo-Segura con recursos para regar y para beber, han descendido esta semana 6,58 hectómetros cúbicos y almacenan actualmente un total de 241,92 (el 9,77 por ciento de su capacidad total, que es de 2.474 hectómetros).

Concretamente, el embalse de Entrepeñas ha bajado 3,57 hectómetros en los últimos siete días y almacena 80,22 de los 835 que puede embalsar; mientras que el de Buendía ha descendido 3,01 hectómetros y se queda en 161,70 de los 1.639 hectómetros cúbicos que puede contener.

Para que vuelva a llegar agua para el abastecimiento de 2,5 millones de personas de la Región de Murcia, sur de Alicante y sur de Albacete, y para regar en las tierras del sureste, a Entrepeñas y Buendía le tienen que entrar un mínimo de 178 hectómetros cúbicos de agua (158 hasta alcanzar los 400 hm³ mínimos para poder pensar en envíos y otros 20 de 'colchón' para que el Ministerio pueda plantearse algún trasvase).

Esta cantidad es más que el total de agua enviada a la cuenca del Segura durante este pasado año hidrológico 2016-2017 para regadío y para abastecimiento, ya que el Ministerio autorizó desde octubre hasta abril unos 75 hm3 de agua para la agricultura y desde octubre a mayo 78 para beber. En total, 153 hm3.

El sistema total de la cuenca del Segura sigue rozando la emergencia hidrológica, ya que el subsistema cuenca aún está en alerta por la falta de recursos. Será cuestión de días que la línea baje definitivamente y se junte con la de emergencia del subsistema Trasvase.

A fecha 24 de septiembre, los embalses de la cuenca están al 15% de su capacidad, con 170 hectómetros cúbicos, con los pantanos de Fuensanta y Cenajo al 6 y 7 por ciento de su capacidad, respectivamente. El Cenajo, que es el más grande de la cuenca sólo almacena 33 hm³ de los 246 hm³ posibles; mientras que el Fuensanta que es el tercero más grande, tiene 13 hm³ de los 210 posibles.

Esta situación no es ajena al resto de las demarcaciones hidrográficas de la Península. El año 2017 es el que menos agua embalsada registra en la última década, el segundo del siglo XXI y el sexto desde el año 1990, por detrás de 2006, 1992, 1993, 1994 y 1995, según datos facilitados por el Ministerio de Agricultura. La reserva hidráulica está al 39,40% de su capacidad total.

Los responsables de agua de Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife, Greenpeace y WWF destacaron que el Gobierno de España «no asume la sequía como algo normal del clima Mediterráneo», mientras que todos aludieron al sector del regadío, «que necesita más agua de la disponible», y al nivel de lluvias, «que no han sido especialmente escasas», por lo que señalaron que los bajos niveles de los embalses podría haberse evitado con otra planificación.