Los murcianos gastan 111 euros al mes en llenar la nevera, con un total anual de 1.334 euros, lo que supone 9 euros menos al mes que el año anterior (se llegaron a 1.440 euros per cápita al año y 120 al mes). Este descenso es consecuencia de que también, con respecto a 2015, los ciudadanos de la Región compraron menos productos (616,3 litros o kilos per cápita, frente a los 662,7 del año anterior).

Estos datos constan en el último informe sobre hábitos de consumo elaborado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) correspondientes a 2016, y muestran que los murcianos gastaron menos que la media nacional en llenar la cesta de la compra (situada en 1.528 euros). Y también consumieron menos de los casi 663 kilos o litros de los españoles. De hecho es una de las cuatro comunidades donde menos dinero se destina a la cesta de la compra.

El Ministerio, con carácter general, apunta que una menor población con una mayor proporción de hogares de menor tamaño y sin hijos hace que el consumo dentro del hogar no crezca. Asimismo, la reducción del desperdicio alimentario y el mayor consumo fuera de casa también explican la menor compra de alimentos por parte de los hogares.

En la misma línea se había pronunciado el Boletín de Coyuntura Económica que la patronal murciana 0 hizo público a principios de verano.

El Boletín de la patronal destacaba que «el gasto medio por hogar no ha recuperado los niveles anteriores a la crisis, pues los 26.096 euros de 2016 quedan un 12% por debajo del de 2006», lo que supone la cuarta mayor caída de las comunidades autónomas. En relación a 2007 la caída del poder de compra llega al 20 por ciento.

A su vez, incidía el estudio empresarial, los cambios en el gasto reflejan la necesidad de las familias de dedicar un mayor esfuerzo a los alquileres y los productos alimenticios. «Paralelamente, las comidas fuera del hogar han escalado dos posiciones para convertirse en el tercer componente con mayor gasto, pasando del 8,4% de 2006 al 9,5 por ciento», indicaron.

El Ministerio, por su parte, explica que el año ha cerrado con un incremento de precios que no llega al 1% gracias a su ralentización a partir del mes de agosto, «momento a partir del cual se produce una mayor estabilidad en el consumo doméstico».

Por lo que respecta a los gustos de los consumidores murcianos, el mayor gasto se produce en la compra de carne, en todas sus variedades, ya que se destinan 263, 81 euros al año. En primer lugar aparece el cerdo, con 52,65 euros; y en segundo, el pollo, con 48 euros. En tercer lugar, la carne de vacuno (29,22 euros, de los cuales casi 21 corresponden a la ternera).

Los productos de pesca le siguen en la lista de la compra. En ellos se invierte, al año 166 euros, la mayoría en fresco. Las frutas, con 122 euros, están en tercer lugar. Los murcianos, en este apartado, se decantan por las naranjas y los plátanos.

Las hortalizas cierran el capítulo de los grandes consumos, con casi 94 euros por persona y año.

El informe del Mapama apunta que Por categorías, destaca la importancia de los productos frescos en la alimentación de los hogares, que suponen el 41 por ciento del volumen total consumido y el 44,1 por ciento del presupuesto total destinado a la alimentación.

Por tipos de productos, a nivel general, destaca el crecimiento del consumo de alimentos como platos preparados (+4,2 por ciento), patatas (+1,2 por ciento), bollería, pastelería, cereales y productos navideños (+0,6 por ciento) y frutos secos (+0,3 por ciento).

Por lo que respecta al aceite, cuyo gasto ha sido de 24,6 euros por persona y año, la Región es una de las comunidades autónomas que menos consume en su variedad de aceite de oliva, mientras que es de las que más gastan en aceite de semillas (que incluye aceite de semillas de uva, arroz, avellana, nuez, sésamo, cacahuete, almendras dulces, orégano, lino, germen de trigo y coco).

Los murcianos son de los que menos consumo hacen de la leche envasada entera y se encuentran en la media en la semidesnatada y desnatada. También están en la cola en la compra de leches fermentadas como yogurt y yogurt con bífidus.