Es una plaga letal y sólo se puede luchar contra ella arrancando y destruyendo los árboles afectados, con las importantes repercusiones económicas que supone. Conocida como el 'ébola' de los olivos, porque fue esta especie la primera que se infectó en Europa, la xylella fastidiosa está ya a pocos kilómetros de la Región, en el sur de Alicante, donde se han detectado 26 focos, todos ellos en almendros.

La xylella fastidiosa es una bacteria que se hospeda en el xilema (madera) de las plantas y es la responsable de varias enfermedades con efectos económicamente muy graves: enfermedad de Pierce en la viña, clorosis variegada de los cítricos, decaimiento rápido del olivo, marchitamiento de numerosas especies leñosas y herbáceas. Se han descrito más de 360 huéspedes, muchos de los cuales no presentan síntomas de la enfermedad, y por tanto dificultan su detección.

Su transmisión es por insectos vectores, todos ellos hemípteros que se alimentan del xilema de las plantas. La bacteria va secando primero las hojas de las plantas o árboles, luego las ramas enteras y, en el peor de los casos, toda la especie, provocando su colapso o muerte.

«Aunque ahora es cuando presenta mayor peligro para nosotros, por su cercanía, lo cierto es que llevamos ya tres años vigilando y haciendo controles sistemáticos tanto en los cultivos, como en los parques y jardines y en los viveros y 'garden center'», explica el director general de Agricultura, Ganadería, Pesca y Acuicultura, Francisco José González Zapater.

Desde la Consejería se lleva tiempo manteniendo reuniones periódicas con los responsables municipales de parques y jardines, porque se sospecha que la bacteria llegó a Europa en las plantas de café, que se utilizan con fines ornamentales, y en la polygala myrtifolia, un arbusto con flores que se planta mucho en estas zonas de los municipios. «A esta última le ataca especialmente, por lo que todos los Ayuntamientos están avisados para que al menor síntoma nos avisen», indica el director general.

Otra zona de vigilancia especial son las explotaciones agrícolas, donde los técnicos del Servicio de Sanidad Vegetal y Animal vigilan tanto los cítricos, como los frutales de hueso y las viñas. «Aquí seguimos los protocolos que ha marcado el Ministerio de Agricultura, y hasta ahora, al igual que con los jardines, todo está limpio», asegura.

Por último, las prospecciones se centran en los viveros y 'garden center'. «Desgraciadamente, en la Unión Europea los controles de las plantas no son tan rígidos como en otros países a los que exportamos, y dentro de la UE, hay puertos más permisivos que otros, por lo que no sería muy difícil que nos cuelen especies infectadas», lamenta González Zapater, quien subraya que el puerto de Cartagena, por ejemplo, se toma muy en serio estos controles, pero no tanto los de Holanda o Portugal.

«Desde que se detectó el primer foco en Baleares, el Ministerio prohibió la movilidad de cualquier material vegetal de las islas hacia la Península, y nosotros, por precaución, decidimos inspeccionar lo que había entrado antes», pero no se halló ninguna planta infectada.

Plan especial

A raiz del primer brote en Alicante, la Consejería diseñó un plan intensificando sobre todo los controles en los viveros y en las zonas más cercanas a la provincia vecina, como el Altiplano, Fortuna, y la línea 'fronteriza' hasta San Pedro del Pinatar.

Hasta el momento se han visitado 30 viveros y se han tomado 170 muestras. «Buscamos tanto plantas sospechosas como asintomáticas, pues no siempre la bacteria se muestra», apunta el director general, quien, a las plantas antes destacadas, añade la adelfa o baladre, otra de las que sufre más los ataques.

En el campo se buscan parámetros de riesgo, centrándose en el almendro por ser el afectado en Alicante, y en cultivos de secano y plantaciones más viejas. «Parece que la bacteria no ataca tanto a los árboles bien cuidados, en buen estado nutricional y a los que se les ha aplicado el tratamiento fitosanitario necesario», comenta González. Ya se han tomado y analizado 140 muestras.

La Comunidad ha reforzado con nueve funcionarios y dos contratados el equipo que hace las inspecciones y analiza las muestras en el laboratorio, de tal manera que ya son 30 las personas que se dedican a estos controles.