La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región estimó el recurso de una trabajadora y condenó a su empresa, que no le dio formación en la etapa de aprendiz de cocina, a pagarle una cantidad cercana a los 3.000 euros por diferencias salariales y 2.130 euros por despido improcedente.

La sentencia revoca así la dictada por un juzgado que estimó la demanda por despido y desestimó las demandas de extinción de la relación laboral y de reclamación de cantidad. El juez declaró el despido improcedente y ofreció a la empresa demandada, I.M., a readmitirla o a pagarle una indemnización de 1.530 euros.

La Sala indica que aunque el contrato de aprendizaje se celebró por escrito, la empresa no la dio de alta al inicio del mismo, en mayo de 2013, sino en octubre siguiente, casi 4 meses después, cuando solo faltaban dos días para su finalización.