La convivencia con los vertederos que se encuentran próximos a las poblaciones pueden acarrear problemas graves, que ahondan más allá de las molestias por los malos olores y los ruidos. Así lo denuncia Ecologistas en Acción, que advierte del peligro que conllevan los vertederos tanto para el medio ambiente como para la salud de los vecinos. «Suponen un riesgo constatado para la salud pública», asegura José Antonio Herrera, responsable del área de Residuos de Ecologistas en Acción en la Región de Murcia.

Los peligros para la salud se localizan en la descomposición de la materia orgánica. Estos procesos, que se dan en unos recintos habilitados para albergar miles de toneladas de residuos, pueden generar líquidos y gases con efectos nocivos para el suelo, el aire y el agua.

En concreto, una de las principales amenazas para la salud son los lixiviados, que son líquidos que deben ser recogidos y tratados para evitar que contaminen las aguas subterráneas. «En muchas ocasiones se han registrado deficiencias en los sistemas de recogidas de lixiviados», avisa José Antonio Herrera.

Los gases son también otro factor contaminante. El metano, que es el principal gas emitido, «es veinte veces más potente que el CO2», como así cifran desde Ecologistas en Acción, que también advierten de que otros gases que se escapan de los vertederos contienen sustancias químicas tóxicas. Además, la combustión de residuos supone la liberación a la atmósfera de sustancias como metales pesados, óxidos de nitrógeno y dioxinas, que son cancerígenas.

Ecologistas en Acción avisa de que una mayor población conlleva más producción de basuras y, por consiguiente, hay más riesgos. En concreto, la Región genera medio millón de toneladas (475 kilos) de residuos al año por habitante, según las cifras de Ecologistas.

Los riesgos se elevan en verano, ya que en este periodo «la población aumenta, se multiplica la generación de basuras y, por tanto, la cantidad de residuos que acaba en un vertedero también se incrementa».

Los ecologistas también alertan de los peligros de la salud a largo plazo. Citan un informe del centro de salud Carlos III que pone de manifiesto que se da «un riesgo estadísticamente más elevado de morir de todos los tipos de cánceres en personas que residen en municipios situados cerca de plantas de tratamiento de residuos peligrosos e incineradoras». Esta investigación, publicada por la revista Environmental International, recoge además que hay «un mayor exceso de padecer tumores en el estómago, el hígado, la pleura, los riñones y los ovarios».

Reciclar y reutilizar

El origen del problema, según sostienen desde Ecologistas en Acción, se encuentra en la falta de concienciación sobre el reciclaje. «En la Región reciclamos y reutilizamos muy poca basura y, a cambio, enterramos la inmensa mayoría de los residuos que generamos». Esta situación implica que «los vasos de vertido tienen que ampliarse constantemente para seguir recibiendo más basuras».

El 84% de la basura doméstica que se deposita en los contenderos no ha sido previamente separada: son bolsas mezcladas. «Estos residuos», explica Herrera, «se llevan a plantas de tratamiento para separarse; sin embargo, esta separación es muy difícil, sólo se consigue una parte y el resto acaba yendo a un vertedero».

Esta realidad, a juicio de Ecologistas, deriva también en una preocupación ambiental: «Dos tercera partes de los residuos domésticos terminan enterrados en un vertedero, con lo que se entierran miles de toneladas de materiales valiosos en vez de utilizarlos como materia prima», señala Herrera.

«No hay peligro»

La Consejería de Medio Ambiente rechaza que los vertederos murcianos entrañen un peligro para la salud porque, asegura, se encuentran sometidos a autorizaciones y controles administrativos que garantizan «una adecuada gestión y tratamiento de los residuos», según respondieron fuentes regionales a las preguntas de este periódico. Además, el tratamiento de los residuos, añaden, «está orientado al reciclaje y la valorización».

La Región cuenta con cinco vertederos de residuos urbanos.

La Comunidad incide en que tanto los ayuntamientos competentes como el Gobierno regional «aplican todas las medidas precisas para que en ningún momento la gestión de los residuos pueda entrañar riesgos para la población». Para ello, «se han suspendido o clausurado aquellos vertederos que puedan tener una operatoria indebida».

Basureros clandestinos

Para los ecologistas, el cierre de un vertedero no significa la desaparición de las preocupaciones. «Los vertederos deben vigilarse durante 30 años», ya que, agrega José Antonio Herrera, los procesos de descomposición de las basuras no cesan y se deben supervisar los acuíferos y las emisiones a la atmósfera.

La situación se agrava en los vertederos ilegales. «Hay cientos de vertederos incontrolados en la Región», denuncia Ecologistas, que lamenta que en estos basureros clandestinos «no hay controles sobre lo que se vierte ni tampoco se adoptan medidas de protección».

Un cambio de modelo

«El sistema falla», reflexiona Herrera, que opina que el trasfondo del problema de los vertederos se sitúa en el modelo de basuras instaurado hoy en día en la sociedad. «Hay que cambiar el paradigma: tenemos que abogar por los 'residuos cero' y por la eliminación de los vertederos».

A su juicio, el primer paso sería reducir la cantidad de basura que se produce. Para lograr ese objetivo, se tendrían que llevar a cabo «reformas en el ámbito económico, fiscal y educativo». Otra medida importante para Ecologistas sería mejorar los sistemas de recogida selectiva.