Los consejos de administración de BMN y Bankia acordaron ayer la fusión de ambas entidades, que se consumará oficialmente a finales de año, una vez que la decisión sea bendecida por las juntas de accionistas, aunque en realidad será una absorción. La entidad integrada por Cajamurcia, Caja Granada y Sa Nostra ha sido valorada en 825 millones de euros. Sus accionistas pasarán a tener el 6,7% del capital de Bankia, que sale reforzada de la operación como cuarta entidad en el mercado español. La Fundación Cajamurcia, como titular de la participación de la antigua caja de ahorros murciana en BMN, será también la titular de las acciones en Bankia que le correspondan. El resultado de la integración dara lugar a un gigante que tendrá 230.000 millones de euros en activos, más de 2.500 oficinas y 17.350 empleados en España.

La valoración de BMN ha causado sorpresa, dado que había recibido una oferta de 1.300 millones en marzo, aunque el ministro de Economía, Luis de Guindos, se mostraba convencido ayer de que la fórmula elegida permitirá al Estado recuperar las ayudas públicas inyectadas a BMN a través del FROB, que ascienden a 1.645 millones. Los 825 millones en los que ha sido valorada BMN equivalen a 0,41 veces su valor en libros. La operación se articulará mediante la entrega de 205,6 millones de acciones de nueva emisión de Bankia a los accionistas de BMN. El anuncio fue saludado en la Bolsa con una subida de Bankia del 3,5%, que elevó la acción a 4,7 euros.

El presidente de BMN, Carlos Egea, se incorporará al consejo de administración del banco resultante, dado que el acuerdo confiere a la entidad absorbida un asiento de consejero. El propio presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, entiende que el puesto sea ocupado por el máximo responsable de BMN. El banco del que forma parte Cajamurcia cuenta en la Región con unas 160 oficinas, mientras que Bankia tiene tiene siete, por lo que apenas habrá duplicidad de sucursales. En toda España, el banco presidido por Carlos Egea tiene 730 oficinas y 4.300 empleados.

Por su parte, Bankia tiene 1.800 oficinas y 13.000 empleados. La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri tiene su origen en la fusión de Caja Madrid y Bancaja, junto con Caja Insular de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja. Cerró 2016 con un beneficio neto de 804 millones.

Los dos bancos que han acordado fusionarse están participados por el FROB en un 65%, lo que convierte al Estado en el accionista mayoritario. El Gobierno ya había apostado en marzo de este año por la fusión de las dos nacionalizadas.

El acuerdo comunicado ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) establece que «como consecuencia de la Fusión, BMN se disolverá sin liquidación, siendo sus activos y pasivos transmitidos en bloque y por sucesión universal a Bankia. La operación de absorción, que supone valorar BMN en 825 millones de euros y por la que sus accionistas pasarán a tener un 6,7 % del capital de Bankia, reforzará a esta última como cuarta entidad en el mercado español».

El objetivo, según indican los dos bancos, es recuperar la mayor parte de las ayudas públicas, casi 25.000 millones de euros entre las dos, 1.645 millones en el caso de BMN. En la práctica, se trata de una absorción, dado el tamaño de Bankia, cuyos activos, próximos a los 190.000 millones, superan con creces los 40.000 millones de BMN.

La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, afirmó ayer que el Ejecutivo comunitario «no tiene problemas» con la fusión de Bankia y BMN puesto que esta tendrá lugar una vez que haya terminado la prohibición de adquisición que pesa sobre la primera tras su rescate público. Por su parte, el ministro de Economía subrayó que la fusión de Bankia y BMN «vale muchísimo dinero», ya que son «dos activos importantísimos» que van a hacer que se recuperen «de manera muy elevada» los 40.000 millones que inyectó el Gobierno al sistema bancario.