Alquitrán, nicotina, butano o amoníaco son algunas de las sustancias que entran diariamente en el cuerpo de más de 340.000 murcianos cada vez que dan de forma voluntaria una calada a un cigarrillo. Este hábito les perjudica a ellos, pero también a aquellos que les rodean, ya que el tabaquismo pasivo es tanto o más perjudicial y hace que las cifras de afectados aumenten. La Región de Murcia se sitúa a la cabeza del ranking nacional de fumadores según la última Encuesta Europea de Salud en España (2014), que sitúa la prevalencia de personas fumadoras en un 28,4 por ciento, tres puntos superior a la media nacional (25,4) y sólo superada por Extremadura con un 28,6 por ciento. Además, de los fumadores murcianos un 25,6 por ciento lo hace de manera diaria y un 2,9 por ciento de forma ocasional.

Ante esta realidad, la Consejería de Salud ofrece recursos para que los fumadores dejen el tabaco. Si quieren dar el paso sólo tienen que acudir a cualquier centro de Atención Primaria o a las unidades especializadas con las que cuentan los hospitales adscritos a la Red de Centros Sanitarios Libres de Tabaco. Concretamente, los 85 centros de salud de la Región ofrecen apoyo profesional a las personas que quieran dejar de fumar, tal y como recordó ayer el director general de Salud Pública y Adicciones, José Carlos Vicente, quien visitó el hospital clínico universitario Virgen de la Arrixaca para participar en la jornada organizada con motivo del Día Mundial Sin Tabaco. «Unos medios que están al alcance de todos», señaló Vicente.

Precisamente en el hall del nuevo pabellón Materno-Infantil de la Arrixaca se instaló un árbol de los deseos, dentro de las actividades de su Semana de Hábitos Saludables, en el que profesionales y pacientes pudieron colgar sus peticiones para lograr un ambiente saludable.

Cáncer de pulmón

Los análisis de mortalidad a nivel nacional reflejan que un 24,7 por ciento de las muertes por diferentes tipos de cáncer están relacionadas con el tabaco, que ascienden a un 80 por ciento en el caso de los cánceres de pulmón. En relación con las enfermedades cardíacas, el porcentaje de mortalidad asociada al consumo de tabaco es del 10,9 por ciento. En todos los casos, la mortalidad es superior en hombres respecto a mujeres. La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el 31 de mayo el Día Mundial Sin Tabaco con el objeto de hacer frente a este problema que está considerada una de las mayores amenazas para la salud pública, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, dado que produce unos 7 millones de muertes al año, de las cuales unas 890.000 son personas expuestas al humo ajeno. Esta situación se debe a que el tabaco contiene productos que producen 16 tipos de cánceres y unas 30 enfermedades

graves.

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8.700 exfumadores

En los últimos años han dejado de fumar en la Región unas 8.700 personas con ayuda de profesionales del Servicio Murciano de Salud, según datos de la Consejería. Por ello, el director general de Salud Pública explicó que «dejar de fumar ahora es más fácil que hace unos años, ya que hoy en día existen muchos métodos eficaces. Es cierto que se precisa una implicación y un esfuerzo personal, pero se puede encontrar ayuda y apoyo en el personal sanitario». Las personas que quieran abandonar este hábito pueden pedir ayuda en su centro de salud y consultar la Guía para dejar de fumar del Servicio de Promoción y Educación para la Salud, que se encuentra disponible en la web www.murciasalud.es.

Entre los consejos que ofrecen los profesionales para abandonar este hábito nocivo se encuentra el elaborar una lista de motivos para dejar de fumar, pedir ayuda a las personas más cercanas o hacer ejercicio y actividades relajantes, entre otros. A esto se unen las ventajas inmediatas que tiene el dejar de fumar, ya que no solo disminuye el riesgo de padecer diversas enfermedades, sino que también trae otros beneficios como el incremento de agilidad y de la resistencia al ejercicio físico, recuperación del gusto y el olfato, aumento de la satisfacción personal y ahorro de dinero, entre muchas otras.

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Testimonios

«No aguanto que me rodee el humo ni oler a tabaco, no entiendo este hábito de fumar»

Luis Alcázar. Periodista. Nunca ha fumado

«Soy una persona tan respetuosa con los demás que, siempre y cuando no molesten al resto mientras fuman, trato de respetarlo, aunque le dañe a sí mismo». Luis Alcázar admite que nunca ha fumado, no entiende ese «hábito perjudicial de fumar» y siente pena por quienes ve haciendo cola en un estanco. Estar los murcianos en lo alto del ranking de los fumadores españoles lo achaca al buen tiempo que hay en la Región, el uso de las terrazas y el inicio de la juventud en el consumo del tabaco. No aguanta que le rodee el humo y oler a tabaco. «Soy incompatible con una pareja que fume, no solo por convivir con el humo en casa, sino por darle un beso y que sepa la boca a tabaco».

«El tabaco genera sensación de bienestar, pero no entiendo por qué la gente no lo deja»

José Hernández Jefe de Psiquiatría de La Arrixaca. Lo dejó

Hace siete u ocho meses que dejó de fumar, y recuerda que lo hizo por la curiosidad que le suscitó unas pastilla de nicotina que le enseñó un paciente. Sus primeros cigarros los fumó con 12 años pero cuando cursaba tercero de Medicina la cantidad aumentó. «Fumaba en todas partes, en torno a un paquete y medio al día, y cuando decidí empezar a dejarlo fui sincero conmigo mismo, si me apetecía fumar lo hacía, un cigarro o un paquete», explica el psiquiatra. No fue «talibán» consigo mismo, fumó lo que quiso hasta no volver a poner un cigarro en su boca. «Es cierto que la nicotina puede generar una cierta sensación de bienestar, pero no entiendo por qué la gente no se lo deja».

«Tengo la sensación de haber hecho el idiota fumando siempre»

Enrique Nieto Pintor, profesor y escritor. Fuma

Nieto definitivamente es fumador, y de los fuertes, según se define. No quiere ser un mal ejemplo pero admite que a su edad ya ha perdido toda voluntad para intentar dejarlo. «A lo largo de toda mi vida he querido parar de fumar varias veces, incluso, con 30 años, lo intenté con acupuntura, pero siempre volvía», explica. «Tengo la sensación de haber hecho el idiota fumando siempre». Gracias a Dios, dice, sus hijos le copiaron el hábito, pero consiguieron dejarlo a lo largo de su vida. De pequeño recuerda como, en la plaza del pueblo, un fotógrafo les dejó un cigarro a su hermano y a él para que sus padres vieran que se habían convertido en unos hombres. Los tiempos cambian.