De realizarse hoy la evaluación del estado de las playas y el agua del Mar Menor, la laguna perdería igualmente las 19 banderas azules que este año la ONG 'Fundación para la Educación Ambiental' (FEE), que en España es gestionada por la 'Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor' (ADEAC), no ha otorgado a las playas de este ecosistema marino de la Región. Esta es la principal conclusión de un informe realizado por la plataforma civil 'Pacto por el Mar Menor', ya que, según esta organización, las playas «seguirían sin cumplir con los requisitos de calidad establecidos para la obtención de las banderas azules si esa auditoría se realizara en mayo de 2017».

Este informe contradice lo defendido por el Gobierno regional, quien a principios de este mes afirmó que «de realizarse ahora los registros, no habríamos perdido ninguna bandera azul en el Mar Menor».

El principal argumento utilizado por la organización para llegar a esta resolución es que las playas no cumplirían a día de hoy cuatro de los 29 criterios que la ADEAC establece para la concesión de una bandera azul. El estudio, hecho público en la web de la plataforma 'Pacto por el Mar Menor', refleja que dos de los cuatro criterios que se han analizado para ver si actualmente las playas cumplen con la normativa se refieren a la calidad del agua, y otros dos a la educación ambiental.

El total de los 29 criterios se dividen en cuatro áreas: calidad del agua, gestión ambiental, educación ambiental y seguridad. Con respecto al criterio que refiere a la «calidad excelente de las aguas de baño», la plataforma asegura que «existen actualmente episodios de turbidez del agua en función de los vientos reinantes que obligarían a arriar las banderas», lo que incumple el artículo 9 de la Directiva 2006/7/CE del Parlamento Europeo relativa a la gestión de la calidad de las aguas de baño. Este artículo detalla que cuando el perfil de las aguas indique propensión a la proliferación de macroalgas o de fitoplancton marino, se llevarán a cabo investigaciones para determinar su aceptabilidad y sus riesgos para la salud y se adoptarán medidas de gestión adecuadas, que incluirán la información al público. «Hasta el momento de escribir este artículo (mayo 2017) no se ha informado al público de los riesgos para la salud de la proliferación de fitoplancton, ni análisis de cianobacterias», afirma la organización. El segundo criterio hace referencia a la ausencia de vertidos de aguas residuales industriales, vertidos no autorizados o que contengan sustancias contaminantes, a lo que el estudio realizado da una respuesta de incumplimiento actualmente, ya que «se siguen produciendo vertidos al Mar Menor no autorizados, incluso en muchas zonas se superan los límites establecidos», según establece el informe.

Los otros dos criterios incumplidos según el estudio de esta organización civil hacen referencia a la educación ambiental presente en las playas. En lo referente a la exposición al público de la información sobre los ecosistemas litorales, espacios naturales sensibles y especies protegidas en esa zona costera, en la mayoría de las playas del Mar Menor «no existe información sobre este aspecto», afirma el informe, mientras que el criterio educativo sobre la demostración que deben hacer los ayuntamientos de ofrecer al público, como mínimo, cinco actividades de información y educación ambiental, también es incumplido ya que, de nuevo, en casi todo el conjunto de las playas de la laguna tampoco existe esta información.

Las banderas no implican calidad

Otra de las conclusiones a las que llega el informe de la plataforma Pacto por el Mar Menor es que el distintivo de la bandera azul no es garantía de sostenibilidad ambiental de una playa. «Su criterio de analizar las aguas en la temporada de baño anterior puede dar lugar a situaciones como la del año pasado, en donde ondeaban banderas azules en playas del Mar Menor con aguas turbias», a lo que la organización añade, además, que sólo se monitorizan la calidad de las aguas de baño y los servicios de la playa durante la temporada estival, pero el resto del año no son tenidas en cuenta cuestiones tan importantes como la calidad paisajística y la ausencia de impactos sobre los hábitas y especies costeras».

La plataforma explica que existen otros sellos de calidad «más acordes con la protección del medio ambiente», como el Reglamento Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría (EMAS) o las certificaciones ecológicas establecidas por las propias autoridades locales.