Hay que remontarse a finales de siglo XIX para encontrar el origen del Pantano de Argos, ideado por los ingenieros de Caminos Ramón García y Luis Gaztelu dentro del plan de obras de defensa contra las inundaciones del río Segura. El paso del tiempo, unido a las peticiones de los agricultores de la población de Calasparra, hizo que ya en el siglo XX pasara de su ubicación inicial (muy cerca de la desembocadura del río Argos con el Segura) al emplazamiento actual, y que sirviera tanto para avenidas como para riego. Con este decorado de fondo, en 1976 se creó la Comunidad de Regantes de las Aguas Reguladas por el Embalse del Argos, donde se agruparon ocho heredamientos de riego tradicional (Acequia Mayor, La Mina, Campillo Manzano, Gil Pérez, Hoya Gallega, Juan Bobón, Los Campos y Sahajosa-Huertos), ocupando una extensión superficial de 1.100 hectáreas de terreno regable, que va desde la Presa del Pantano de Argos hasta la desembocadura del río Argos con el Segura, en los términos municipales de Cehegín y Calasparra.

Desde su constitución, esta organización ha alcanzado una serie de logros. Y lo ha hecho, tal y como afirma su director técnico y vicesecretario, Ginés Fernández, gracias a «la visión de personas como José Vázquez Nieto, impulsor del proceso de modernización de regadíos de esta Comunidad de Regantes, así como también al trabajo realizado por quienes tomaron su relevo: Antonio José Abellán Martínez (presidente); José Ciller Carmona (vicepresidente); Ginés Hernández Hervás (presidente del Sindicato de Riegos); Antonio López Martínez (secretario); Pedro Abril García (tesorero), y el resto de miembros de su Junta de Gobierno». Todos ellos lograron, con su dedicación y sacrificio personal y familiar, «la modernización del regadío de su Comunidad, además de la actualización y puesta en valor de la propia entidad, realizando una modernización integral en aspectos tales como su funcionamiento interno; el Sistema de Gestión y Dirección de esta Corporación de Derecho Público; así como desarrollando herramientas propias de gestión del regadío tradicional, el cual convive con el riego modernizado.

Transparencia

Dentro de la lista de virtudes de la Comunidad de Regantes de las Aguas Reguladas por el Embalse del Argos figura la transparencia, que permite «comunicar aquello que hacemos, así como las cosas en las que estamos trabajando para conseguir determinados objetivos». Todo ello posibilita el cumplimiento de «una obligación legal, pero al mismo tiempo es una oportunidad para recibir información de aquellos con los que nos comunicamos, permitiendo desarrollar nuevas ideas, así como mejorar las soluciones que vamos poniendo en funcionamiento».

Y es que son muchas las actividades que se llevan a cabo en esta organización, desde las tareas propias de gestión y distribución del agua (con la particularidad de que dispone tanto de riego tradicional como modernizado) hasta los trabajos de mantenimiento, reparación y mejora de dichas redes de distribución. De igual forma, se realiza una atención personalizada a los regantes, «desarrollando actividades de administración y gestión, inherentes a una corporación de derecho público, así como en aspectos relacionados con la puesta en marcha del sistema de riego modernizado». «En este último caso hay que felicitar a nuestros regantes, que pese a contar muchos de ellos con una dilatada experiencia en la vida, no han dudado ni lo más mínimo en demandar y usar las herramientas propias del telecontrol, que les permiten simplificar sus tareas de riego y abonado», señala Ginés Fernández.

Calidad y eficiencia

La Junta de Gobierno de la Comunidad de Regantes también centra sus esfuerzos en el desarrollo de las tareas encomendadas por la Junta General, así como en la relación tanto con las administraciones como con otras Comunidades de Regantes y demás empresas del sector. «También trabajamos, junto con otros colaboradores, en el desarrollo y personalización de herramientas de Gestión, Planificación y Control de Producción; así como en la evolución y desarrollo de nuestra herramienta de gestión del riego tradicional», subraya el propio director técnico, de quien depende tanto el personal de administración como el de mantenimiento. «Es la Junta de Gobierno o Sindicato de Riegos quien decide y prioriza el desarrollo de las tareas que le son propias y las que le encomienda la Junta General, llevándolas a cabo a través del personal laboral, los asesores y colaboradores de la Comunidad de Regantes», señala.

Este engranaje hace posible que la calidad y la eficiencia estén implícitas en cada una de las actuaciones de la Comunidad de Regantes de las Aguas Reguladas por el Embalse del Argos, que tiene sus sentidos orientados a los objetivos que se marcó en septiembre de 2013, y que consisten en ofrecer como alternativa la modernización de regadíos, destacando el denominado sistema de telecontrol, que proporciona a los regantes la más completa información a través de una aplicación, a la que pueden acceder desde cualquier dispositivo móvil u ordenador. Esto supone, en palabras de Ginés Fernández, «un cambio total sobre lo que es un riego tradicional, que en algunos casos se refería a riegos muy separados en el tiempo, como la denominada tanda 12 o tanda 24, es decir, cada 12 o 24 días».

En cuanto al sistema de gestión de la propia Comunidad de Regantes, se ha pasado «de una sencilla base de datos a un modelo de datos complejo, basado en una base de datos relacional, que está integrada con un Sistema de Información Geográfica de todo el parcelario y de las infraestructuras de riego, así como con el sistema de telecontrol».

Además de otras muchas novedades que ya han visto la luz a lo largo de los últimos meses, se ha trabajado «en la evolución del software de gestión de la Comunidad de Regantes en la integración de un módulo para la gestión de cobro en vía ejecutiva a través de la Agencia Tributaria de la Región de Murcia». «Somos una de las dieciocho comunidades de regantes que tiene suscrito este tipo de convenio con la ATRM», asegura el director técnico de CR Argos.