Treinta y nueve mujeres que han sufrido la violencia de género han pasado de ser víctimas a convertirse en autónomas. El balance del protocolo que ha establecido la Comunidad para facilitar la inserción sociolaboral de estas mujeres refleja que más de la mitad de las participantes encuentran empleo.Las ayudas de la Comunidad para que este colectivo ponga en marcha un negocio oscilan entre los 3.850 y los 9.900 euros.

La Dirección General de Mujer y el Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF) celebraron ayer una jornada para evaluar los resultados del protocolo establecido para ayudar a las víctimas de la violencia de género a conseguir un trabajo que les garantice su independencia económica. El objetivo es que las mujeres que carezcan de empleo tengan la posibilidad de ser atendidas por un orientador del SEF para el diseño de un itinerario personalizado de inserción.

En la jornada, que inauguró el consejero de Empleo, Universidades y Empresa, Juan Hernández, se dieron a conocer las cifras de inserción, que reflejan que más de la mitad de mujeres que han pasado por el protocolo desde su inicio en 2010 han logrado ser contratadas. Concretamente, han sido 3.674 las mujeres atendidas; de ellas, 1.999 han logrado un empleo (un 54%).

Durante el año 2016 39 mujeres víctimas de violencia de género se establecieron como autónomas, mientras que en 2015 fueron 28 (lo que supone un 39% más).

La Comunidad ayuda a estas mujeres con subvenciones de fomento del autoempleo que oscilan entre 3.850 y 9.900 euros, dependiendo de la inversión inicial que lleven a cabo. Estas ayudas son las más altas de entre las destinadas a colectivos con dificultades de inserción.

Algunos datos destacados del protocolo muestran que el 58% de las mujeres que participan tienen 36 o más años; tres de cada cuatro tienen nacionalidad española; casi el 70% de ellas se encuentran en situación de desempleo de larga duración; la mitad de las mujeres que encuentran un empleo lo consiguen en los seis primeros meses, mientras que la inserción de las mujeres que realizan cursos aumenta hasta el 67%. Juan Hernández subrayó que «el balance estadístico de este protocolo confirma que la activación para el empleo es fundamental para elevar las posibilidades de encontrar un puesto de trabajo. Cuanto más se comprometen con la formación, mejores son sus resultados»,dijo.