ué le ha llevado a presentarse a la presidencia de Hostemur?

Llevaba cuatro años en la anterior junta directiva, que ha presidido Soledad Díaz durante ocho años, y en la que ha hecho un trabajo magnífico. Tenía ganas de hacer cosas y me pregunté: ¿Por qué no? Hostemur no es solo una persona, es un equipo; una persona sola no hace nada. Hay gente de la anterior junta directiva con muchas ganas y creemos que la hostelería es lo suficientemente importante para que se convierta en el principal sector de la economía regional. Eso es lo que nos lleva a luchar para conseguirlo.

Usted viene del mundo de la noche, como presidente de la Asociación de Discotecas. ¿Esto va a suponer un cambio de perspectiva en Hostemur?

No. Hostemur no es una persona, es un conjunto. En la junta directiva está el presidente de la Asociación de Hoteles, hay restauradores, están representadas las comarcas o el sector de ocio. Al final, es un equipo el que hace el trabajo, no es una persona. Separar una cosa y otra es complicado.

Por su trayectoria empresarial conoce los problemas que originan los horarios nocturnos o las terrazas.

Todos sabemos que el ocio genera problemas, que el turismo genera problemas, no sólo en Murcia; estamos viendo las dificultades que crean los apartamentos turísticos o el exceso de turismo en Barcelona o Madrid. Al final, una actividad económica genera unos problemas, sobre todo cuando se desarrolla en un entorno como son las ciudades. Hostemur está en la Mesa del Ruido trabajando con otras administraciones y otras asociaciones en mejorar la cohabitación del sector con la ciudadanía. En relación con las terrazas, no paramos de trabajar con el Ayuntamiento de Murcia para mejorar el uso y su impacto dentro de la ciudad. El día a día genera unos problemas que tenemos que abordar junto con la Administración y el resto de entes para minimizar y mejorar en el futuro.

El problema es que los usuarios de estos establecimientos más conflictivos no tienen la noción de que molestan a los vecinos.

Es un problema de educación. Yo siempre digo lo mismo. Sales al extranjero y, cuando te sientas en un restaurante o en cualquier sitio, sabes quién es español y quién no es español por forma de hablar; máxime, cuando se trata de un murciano que vive en la calle continuamente, con unos días como los que tenemos, que parecen de verano, aunque estamos en mayo, lo que nos lleva a hacer un uso y disfrute de la vía pública muy intensivo. Nos falta mucho para concienciarnos y saber que lo que hacemos afecta a la gente. Nuestra actitud cuando salimos a la calle debe cambiar. No solo cuando entramos en un sitio o salimos, sino en el trayecto que hacemos. Vas por la calle Jabonerías y el murmullo de la gente hablando es muy fuerte. Debemos hacer campañas para mejorar la integración de los ciudadanos en la ciudad. Al final es un problema que genera nuestra propia forma de ser.

¿Qué tipo de campaña propone?

Se trata de hacer ver la importancia de usar la vía pública, pero respetando a los vecinos. Debemos trabajar junto con la Administración en concienciar, sobre todo, a la gente joven, de que es el futuro. En los institutos y en los colegios podemos empezar a cambiar la mentalidad. Igual que intentamos trabajar en el uso de la bicicleta y de los productos más saludables, debemos trabajar en el uso de la vía pública.

¿Cree que la pérdida de 19 banderas azules del Mar Menor puede repercutir en la llegada de turistas?

La repercusión a día de hoy no podemos calcularla. Y creo que en el futuro tampoco podremos calcular si las banderas perjudicarán a los resultados del sector. Lo que sí es cierto es que supone una pérdida muy importante. No debemos alarmarnos pensando en que nos hemos enterado ahora, sino que tenemos un problema con la laguna que viene desde hace varios años y que el año pasado fue muy importante. Las consecuencias las estamos teniendo ahora y las iremos teniendo en el futuro si no actuamos. Lo importante es que las banderas están perdidas. No se puede hacer nada. Hay que trabajar en recuperar las 19 o conseguir que sean 30 o 50. Hay que ver la laguna como objetivo primordial de la Región y hacer todo lo que sea necesario para que vuelva a estar en mejores condiciones que tenía antes.

¿Incluso limitando la agricultura para evitar los vertidos contaminantes del Campo de Cartagena?

Creo que tenemos que trabajar en ver cuáles han sido las causas para que se tomen todas las medidas. No creo que limitar la agricultura sea la solución. Habrá que ver qué es lo que está afectando y como afecta. Los expertos de la comisión que se ha creado deberán decir en qué línea hay que trabajar, pero no podemos olvidar que agricultura y turismo son los dos puntales básicos de la economía regional y deben trabajar conjuntamente. No creo que la agricultura regional sea un problema para la laguna. El Mar Menor ha estado un poco abandonado y debemos retomar las medidas necesarias para que ambas actividades cohabiten y permitan su recuperación.

¿Qué perspectivas tienen para el verano?

Las perspectivas son buenas. El año pasado batimos un récord en la llegada de turistas extranjeros. Llegó un millón a la Región y 75 millones a España. El entorno que tenemos alrededor del Mediterráneo no es el mejor para que el turismo se vaya a otros puntos. Por lo que hacemos y por los que otros hacen, nos estamos convirtiendo en un punto de destino turístico básico. La Semana Santa ha ido bien y ha permitido disminuir el impacto que la crisis ha tenido en el turismo como en el resto de sectores. Tenemos problemas por el retraso del AVE, la falta de comunicaciones y un Mar Menor muy dañado. No sabemos cómo va a afectar. Esperemos que el turista que viene siga viniendo, pero el futuro no lo sabemos. Lo sabremos en septiembre. La realidad nos dirá si el Mar Menor nos afecta y si el turismo prefiere ir a otra zona.

Parece que también los inversores están poniendo lo ojos en la Región.

Las inversiones las hacen las empresas cuando ven oportunidades de negocio. Tenemos empresas murcianas, como el Grupo Fuertes, que está abriendo nuevo hoteles y viendo que hay oportunidades de negocio en el turismo dentro de la Región. También Caravaca se está convirtiendo en un destino muy importante con el Año Jubilar. Cuando la empresa privada ve estabilidad, y posibilidades de negocio y opciones de futuro, seguro que arriesga el capital. Si a eso le unimos que hay esperanza de que llegue el AVE y de que se abra Corvera, si hacemos las cosas bien, seguro que tiene que venir más inversión. También hay que modernizar las instalaciones, porque algunas son antiguas, sobre todo en hoteles de costa. Trabajando todos juntos llegaremos a un punto en el que el turismo mejorará sustancialmente la economía de la Región.

La agresión del portero del 609 debe haberle dado muchos calentamientos de cabeza.

Sobre cuestiones particulares de empresas nuestras no voy a hablar. Hay un mandato de la asamblea que me impide hablar de nuestras empresas.

¿Qué le parecen las pruebas establecidos por la Comunidad Autónoma para los empleados que controlan el acceso a los locales?

Los requisitos para obtenerlo no han sido establecidos ahora, sino que fueron definidos hace seis años en la ley 2/2011, y desde entonces no se había convocado ninguna prueba. La ley 2/2011 trata de garantizar que los controladores de accesos carezcan de antecedentes penales y que tengan unas condiciones psicológicas adecuadas para el desempeño de sus funciones. Una vez que se expidan los primeros carnés podremos evaluar si es necesaria alguna modificación de los requisitos exigibles.

¿Cuando habla de cambios tecnológicos en el turismo a qué se refiere?

La tecnología va a producir grandes cambios. Se auguran robots que se encargarán del servicio. Ya se están haciendo pruebas en Japón, donde se ha abierto el primer restaurante en el que no hay camareros. Aquí los cambios llegarán mucho más despacio, porque en el Mediterráneo somos más del trato directo, pero ya hay aplicaciones que te permiten encargar la comida a un restaurante.

Muestra una gran confianza en los cambios que puede aportar la llegada del AVE o la apertura del aeropuerto.

Deben hacerse realidad, si queremos llegar a algo. Si la Región de Murcia quiere llegar a algo en el futuro, debe ser una realidad. Debemos tener un aeropuerto en condiciones y también debemos tener el AVE. No podemos seguir teniendo una ubicación estratégica dentro del Arco Mediterráneo y llevar veinte años incomunicados. No tiene sentido que tardemos cuatro horas y media o cinco en llegar a Madrid, que los touroperadores no nos hagan caso porque no tienen dónde venir. Si estos proyectos no se hacen realidad, Murcia seguirá siendo lo que es ahora. Sin embargo, ya hay una licitación para abrir Corvera, a la que se han presentado varias opciones, el AVE está previsto sin soterrar y vamos a ver si conseguimos que llegue soterrado. Los plazos no se cumplen, pero es cierto que están las bases para que sea realidad. Cuando más tarde llegue más se perjudicará el sector hostelero y la economía de la Región de Murcia.