El éxito de una empresa suele estar directamente relacionado con su capacidad de anticiparse y de seguir la evolución de los modos de consumo. Así sucede en cualquier sector y el mercado de la peluquería no es una excepción, como se ha demostrado durante los últimos años de la mano de un crecimiento permanente. Con esta realidad latente como decorado nació Color Q, un concepto revolucionario de tiendas de peluquería y estética que tiene su germen en la tenacidad, la constancia y la ambición de su fundador, Pedro Nicolás. Suya fue la idea de crear un negocio que, según indica Manuel Conejero, director de Marketing y Comunicación, fue concebido para «poder desarrollarse como persona, divirtiéndose y compartiendo su tiempo con familiares y amigos». En este sentido, acuña una de las frases del alma máter para mostrar cuál es la idiosincrasia de la compañía: «Aquí hay que tratar a todo el mundo con el mismo respeto, clientes, proveedores y compañeros».

Desde su irrupción en la escena empresarial, el prestigio de esta firma ha experimentado una progresión ascendente. Y para encontrar el punto de partida de este crecimiento hay que remontarse a la «humildad, generosidad y diversificación» que la han caracterizado desde sus orígenes, momento en el que esta empresa vio la luz «como una pequeña distribuidora de una marca de productos de peluquería para la zona de Lorca y comarca».

Un crecimiento imparable

El paso del tiempo ha jugado a favor de Color Q, que gracias al esfuerzo realizado por su espectacular equipo humano ha alcanzado cotas muy altas. Así, en la actualidad, cuenta con «más de 15.000 metros cuadrados de almacenes, 17 marcas de distribución que se comercializan en España y Portugal y tres marcas propias con presencia en 17 países entre Europa, África y América del Sur, bajo la empresa Pettenon». A todo ello hay que sumar una marca de muebles para el sector de la peluquería (Italor); una red de franquicias propias, que quizás es la marca que más se conoce (Color Q); una marca de aparatos eléctricos (Perfect Beauty); y academias de peluquería para aportar nuestro granito de arena a la formación de jóvenes». «En este momento podemos decir que tenemos los 360º del sector de la peluquería: productos capilares, aparatos eléctricos, mobiliario, tiendas especializadas y academias», subraya Manuel Conejero.

Compromiso con la excelencia

La principal misión de esta compañía, cuyo centro de operaciones se localiza en el Polígono Industrial Saprelorca, consiste en ofrecer productos de primera calidad, siguiendo criterios de innovación en ambientes respetuosos y agradables para los clientes. Para ello cuentan con los ya mencionados canales y áreas de negocio, entre los que se puede destacar Color Q, una empresa «enfocada al Retail (comercio minorista) y que puede acercarse al cliente final». Prueba de ello es que, a través de esta firma, se ofrecen «productos profesionales de peluquería al alcance de todos, desde productos para el cuidado del cabello, como un champú de reconstrucción, hasta maquillaje o una plancha para el cabello». Espacios, en definitiva, «dedicados a la belleza en el término más general de la palabra».

Adaptación a cada cliente

Los productos que ofrece Color Q «están enfocados al 95% a la mujer, con una franja de edad desde los cinco años en adelante». Hacia este público van dirigidas todas las actividades que se llevan a cabo cada día en la sede de la empresa, que «está enfocada al cliente desde cada uno de los departamentos que la forman: administración, logística, compras, marketing, I+D+i, departamento técnico y asistencia al cliente». «Todo gira en torno al cliente, promociones, flexibilidad en pedidos (nos adaptamos a cada cliente, desde el distribuidor más grande, por ejemplo un importador para Suecia, hasta la tienda más pequeña de Águilas), análisis de datos para mejorar cada día y rentabilizar al máximo las inversiones, desarrollo de productos, asesoramiento comercial, formación al profesional, etcétera», explica el director de Marketing y Comunicación de Color Q, que añade que «la cara visible de nuestras tiendas son nuestras asesoras de belleza. Son las que transmiten todo lo que se desarrolla de puertas hacia dentro. Siempre estamos buscado la excelencia con el objetivo de que el 100% de los clientes tenga una experiencia de compra satisfactoria. Productos enfocados a las necesidades de cada persona, ya que hay un producto para cada necesidad y una persona para detectarla y asesorar qué producto es el adecuado en cada momento».

Fuente de tendencias

La agilidad y la flexibilidad están implícitas en cada una de las acciones que emanan de esta empresa lorquina, para la que también es muy importante contar «con la base de un buen producto» ya que «en el sector de la belleza las modas son las que marcan el ritmo y hay que ser capaces de adelantarse a ellas, adaptarlas a tu modelo de negocio o, en el mejor de los casos, ser capaces de crear esas tendencias».

En este sentido, conscientes de la necesidad de progresar cada día, en Color Q no dejan de apostar por introducir innovaciones en su funcionamiento: «Contamos con un departamento de Innovación que cada día está investigando en materiales, funciones, materias primas de tendencia etc. Aunque nuestra aportación al sector siempre ha sido muy activa, podemos decir que lo más destacado fue la creación de un secador para el cabello ultra ligero. El secador pluma de Perfect Beauty, un secador pensado en hacer la vida más fácil a nuestro principal cliente, el peluquero. Es un producto que pesa el 50% menos que uno convencional con las mismas prestaciones. Conseguimos evitar un porcentaje muy alto de lesiones en los manguitos retadores de nuestros clientes ya que los profesionales de la peluquería pasan el 40% de su vida laboral trabajando con un secador en la mano. Este producto fue premiado en la Galería de la Innovación de la Feria Internacional de Peluqueria y Estética Salón Look».

De igual forma, desde esta compañía se está prestando una especial atención a «cómo se desarrolla el sector de la distribución profesional, hacia dónde va y cómo está influyendo Internet en él». Y todo sin dejar de mirar de reojo al futuro, sobre todo teniendo en cuenta que «estamos en un momento de consolidación de todo lo creado, de ajustar detalles que nos permitan ser más ágiles y más competitivos».