Trasvase cero. Eso es lo que esperan los regantes recibir a partir de este mes salvo que «por un milagro» los pantanos de cabecera del Tajo se recuperen y superen el límite de 368 hm3 de agua embalsada, por debajo de la cual no se pueden enviar recursos a la cuenca del Segura, ni para beber ni para regar.

Según los datos que manejan en el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats), que preside Lucas Jiménez, en Entrepeñas y Buendía hay actualmente 386 hm3, aunque están pendientes de recibir recursos de los trasvases aprobados con anterioridad (el último fue de 15 hm3 aprobado en abril). De esa cantidad, 6,75 hm3 tenían como destino los cultivos.

Para poder salvar la temporada de verano, están «haciendo cuentas» e intentando sacar agua «de debajo de las piedras» explican. Cuentan, por ejemplo, con los recursos de los pozos del Sinclinal de Calasparra (pendiente de autorización del Ministerio de Agricultura); de 23 hm3 de la desaladora de Torrevieja; «algo» de la de Escombreras, y «lo que podamos» de las cesiones de derecho de aguas sobrantes de otras comunidades de regantes y de las aguas depuradas.

Cereales por lechugas

Y mientras tanto, en el Campo de Cartagena los agricultores han decidido cambiar los cultivos de lechuga o brócoli por cereales y cebada o dejar las tierras 'en blanco' ante la certeza de que tendrán que encarar el verano sin apenas agua. Francisco Sáez, presidente de la comunidad de regantes cartagenera, explicó que de mayo a septiembre las 42.000 hectáreas de la comarca necesitan 12 hectómetros cúbicos de agua para regar, «pero ahora apenas si contamos con 5».

Los agricultores han optado por los cereales porque «o bien si tienen suerte y llueve algo pueden sacar una cosecha; o bien les sirve para desinfectar la tierra después de tanto cultivo hortícola».

Aunque no fue capaz de calcular qué porcentaje se había dejado para el barbecho, apuntó que «no es cierto que se esté plantando todo».

«Además muchos agricultores están guardando la poca agua que se reparte para meses futuros, con el verano ya encima, y con el objetivo de salvar los huertos de cítricos en lugar de regar hortalizas o melones. Si no, pueden perder los árboles», añadió.