¿Qué cálculos han realizado para valorar el impacto económico del idioma?

Es una investigación bonita y poco trabajada en la que hemos participado durante diez años un equipo relativamente amplio, en el que nos hemos juntado economistas, especialistas en estadística, sociólogos y lingüistas para estudiar las diversas dimensiones económicas que nos permitan saber qué beneficios, qué réditos puede generar una lengua de comunicación internacional que es compartida por una pluralidad de países, situados en continentes distintos, como es el caso del español. Lo que nos planteamos era: ¿los intercambios comerciales que se producen entre los países que hablan español serían iguales sin una lengua común? ¿Tendrían el mismo volumen? ¿La presencia de empresas españolas en la América hispana sería la misma si no hubiera existido? ¿La corriente de emigrantes de Ecuador, Bolivia, Perú y Columbia a España desde 1995 hasta 2007, años en los que han llegado casi dos millones de personas, hubiera alcanzado esas proporciones? Son las preguntas que nos llevaron a plantearnos que a lo mejor es que la lengua desde el punto de vista económico se debe estudiar.

¿Y cuál ha sido el resultado?

Lo que ocurre siempre con las investigaciones: que, cuando uno entra, no sabe lo que se va a encontrar en ese territorio. Poco a poco se empieza a trabajar y nos ha salido una cantidad de cosas extraordinarias. Según los modelos analíticos sofisticados que hemos aplicado, la lengua común ha multiplicado por siete las inversiones españolas en Iberoamérica. Intuitivamente, se entiende. Las empresas españolas, antes de decidirse a cruzar el Atlántico, se hubieran orientado a Francia, Marruecos u otros países en igualdad de condiciones. Pero la lengua ha sido una palanca extraordinaria para los intercambios comerciales y para la llegada de emigrantes. De no haber sido por el idioma, la cifra sería tres veces menor que la de los que han venido. Para España, esto es un milagro, ha sido una fortuna, porque los inmigrantes iberoamericanos están realizando unos servicios de proximidad fantásticos, como es el cuidado de nuestros mayores y de nuestros hijos. ¿Y por qué ellos se han especializado en eso? Porque, cuando tú dejas a tu padre o a tus hijos con alguien, prefieres que domine la lengua. Y la lengua, a su vez, es cultura, son modos, maneras en el trato, y religión.

¿Es posible que la lengua multiplique por siete la inversión española en los países de habla hispana?

Las inversiones directas de los países que comparten lengua tienen un volumen de transacciones entre ellos siete veces mayor que si no hubiera existido la lengua. Telefónica, que tiene tanta presencia en Iberoamérica, posiblemente tendría una presencia siete veces menor en Perú, Colombia, Argentina, México o Chile. Yo le oí una vez a un presidente de Telefónica que sus dos grandes aliados para la internacionalización de Telefónica, que es una gran multinacional española, han sido ´el euro en Europa y el español en América´. Es que la lengua común actúa como una moneda única. ¿Qué ventajas tiene la moneda común? Que ahorra muchos costes de transacción, lo que se nos va en el cambio. Agiliza los trasvases, los intercambios y la lengua es una moneda común, también interactúa.

¿Por eso François Hollande fue el primer jefe de Estado que viajó a Cuba cuando Estados Unidos anunció que quería levantar el veto? ¿No quería que España se le adelantara?

Tendríamos que haber sido nosotros, no Hollande. El presidente Mitterrand dijo en cierta ocasión que ´si Francia tuviera el español, nos comeríamos el mundo´. El francés es un idioma oficial en más estados que el español, pero solo es lengua de élite, de la alta Administración. En el Chad habla francés la alta Administración, el pueblo no habla francés. En cambio, en los países en los que el español es oficial, lo habla el pueblo y la Administración. Es la gran ventaja.

¿España ha sabido aprovecharla?

Creo que no hemos aprovechado todo el potencial que tiene la lengua. Ahora nos estamos dando cuenta. Uno de los objetivos del trabajo es llamar la atención y proponer a los educadores y a los políticos que seamos conscientes de ello, que enseñemos cada vez mejor y que haya una mejor política de la lengua. Yo creo que no dice nada bueno de la política a favor del español que cada gobierno ponga a su director del Instituto Cervantes. La política de la lengua tiene que ser un pacto de Estado, tiene que ser una política a largo plazo, porque siempre sirve a los mismos intereses. No son intereses políticos ni de un gobierno.

¿Se ha vendido mal el español fuera de España?

Se ha vendido menos de lo que debería venderse. Ahora, la Real Academia Española, en colaboración con las otras academias de la lengua (existen 22 academias de la lengua española, tantas como países tienen lengua española en todo o en parte, porque en Norteamérica existe también una Academia de la Lengua Española, ya que es segundo país hispanohablante, después de México) está haciendo una política de promoción a su nivel, que es cuidar la gramática, la ortografía y el Diccionario de la Lengua. Pero lo que tendría que haber es una política de Estado, del Ministerio de Hacienda para canalizar fondos a la promoción del español. El Cervantes estaría mucho más extendido en el mundo que la Alianza Francesa, que el Instituto Británico o que el Goethe alemán. Tendríamos que tener no 60 centros, sino 800 como tiene la Alianza Francesa, y hacer política de lengua. No hay elemento más importante para la marca España que el español. Es el más universal de todos.

Además del idioma, hay una literatura que da cuerpo a la lengua.

Toda la cultura. La lengua es literatura, pero también son modos y maneras de expresarnos, de relacionarnos y de entender la vida.

¿Qué previsiones de expansión del español manejan ustedes?

En Norteamérica se ha doblado la población de habla hispana en veinte años. A (Bill) Clinton en el 92 le pudieron votar once millones de hispanos con derecho a voto, que son menos de la mitad de los residentes, porque para tener derecho a voto tienes que tener la doble nacionalidad y un cierto estatus. Sin embargo, a Obama, en su segundo mandato, le podían votar 21 millones de hispanos. El crecimiento ha sido espectacular. La estimación oficial es que en 2050 un tercio de la población estadounidense puede ser de origen hispano. Otra cosa es que no todos los de origen hispano conservan el idioma. Se mantiene en la primera y en la segunda generación, pero en la tercera o cuarta se pierde. Por eso, hay una responsabilidad de mexicanos, colombianos o españoles y de todos los que estamos interesados en la pervivencia del español en Estados Unidos para que haya una política cultural en el país, no metiéndonos en el terreno de otro, pero potenciando de mil maneras las ediciones en español, las televisiones, la radio, el teatro o el cine español que se lleva.

¿El Brexit podría hacer que el español ganara peso en Europa?

Alguien lo ha dicho estos días. Yo creo que son suposiciones. Si España ha pasado a integrarse en el Club de Versalles, en el que están los jefes de Estado o de Gobierno que convocó el presidente Hollande como líderes de la Unión Europea, y está entre los cuatro grandes es porque no está Reino Unido. Y, como las tres lenguas de trabajo en la Unión Europea son inglés, francés y alemán, a lo mejor resulta que el español tiene la oportunidad ahora de meterse ahí. Yo creo que es una mera suposición, porque el inglés no es la lengua de Inglaterra, es la ´lingua franca´. Con el Reino Unido o sin él, va a seguir siéndolo, pero yo quiero que la lengua de trabajo también sea el español.

¿Hacen ustedes alguna recomendación al Gobierno español o a los demás países de habla hispana?

Sí, que hagan una política de promoción de la lengua y que la hagan conjuntamente. Tener peso o conseguir ser una lengua de trabajo, por ejemplo en Naciones Unidas, no se consigue pidiéndolo España ni pidiéndolo México, se consigue pidiéndolo los 22 países, que suman 500 millones de personas. Además, para hacer políticas de promoción el Instituto Cervantes hay que americanizarlo. Si los argentinos y los mexicanos ven que les puede servir para venderse ellos mismos, lo que habrá que evitar es que haya un Instituto García Márquez, Octavio Paz o Pablo Neruda. Que el Instituto Cervantes sea de todos. Decía Carlos Fuentes que La Mancha es el territorio común, por tanto, hay que potenciarlo. No perder la identidad española, pero sí compartir la política de la lengua, porque es una mancomunidad; y nosotros ya no somos los líderes de la Mancomunidad, el país hispanohablante mayor es México. Habrá que contar con México para todo, porque nos triplica.

Parece que detrás de los cálculos sobre la aportación económica del español hay también una gran pasión por la literatura.

Siempre me ha gustado la literatura, pero en 2001 me invitaron a un congreso internacional de la lengua que se celebró en Valladolid para moderar una mesa redonda sobre el turismo idiomático. Ahí empezó a saltar lo que ha sido el estudio.

Perfil: Precursor de la Economía Aplicada

José Luis García Delgado (Madrid, 1944) es considerado por sus colegas murcianos como «un humanista» que abrió el camino a la Economía Aplicada y ayudó a introducir su estudio en todos los ámbitos de la sociedad, desde la educación hasta las ONG. Es profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid y fue también rector de la Menéndez Pelayo. Además de haber escrito una larga lista de libros, ha participado en revistas y publicaciones. Muestra, además, un gran conocimiento sobre la literatura y cuenta que la última novela que ha leído es Patria, de Fernando Aramburu, que narra «cómo se ha vivido el horror del terrorismo en el territorio vasco. Como documento histórico es impresionante y voy a decir imprescindible», asegura.