«Yo no he visto fardos», aseguraba ayer ante el juez uno de los cuatro hombres que se sentaban en el banquillo, procesados por la Operación Pescador. Se trata de una trama, que ahora llega a la Audiencia Provincial, que arrancó allá por el año 2005, cuando la Policía Judicial de Murcia puso en marcha la operación que permitió desarticular una red organizada de tráfico de drogas.

De la veintena de detenidos que llegó a haber, quince lo reconocieron en su momento, y la fueron condenados. El juez citaba ayer a cinco sospechosos más. Se presentaron cuatro. El que falta está en paradero desconocido.

De los cuatro que se sentaban en el banquillo, dos reconocían los hechos y otros dos decían no saber nada. El presunto cabecilla de la red, por ejemplo, negaba haber traficado en esta ocasión, aunque sí admitía haber tenido en el pasado algún escarceo con la venta de hachís.

En la Operación Pescador se investigó a personas que supuestamente traían a la Región hachís desde el Magred y lo vendían en varios pisos, en Beniel o Alcantarilla, entre otras localidades.

El balance final del operativo policial, según se detalla en la calificación fiscal del caso, «supuso la aprehensión de 42.593,24 gramos de hachís, con un valor en el mercado, establecido por la Oficina Central Nacional de Estupefacientes, de 180.541,35 euros».

Decomisados 47.000 euros

Para el supuesto cabecilla de la trama, el Ministerio Público solicita una pena de seis años y nueve meses de prisión y una multa de 810.000 euros. Para otro de los acusados, cinco años y tres meses de cárcel y multa de 450.000 euros. Para los dos restantes, cuatro años, seis meses y un día de cárcel y multa de 45.000 euros.