"Si ha donado, es para desgravar" o "si dona 3, se desgrava 5 y el Estado pierde", son algunos de los argumentos más utilizados para criticar a Amancio Ortega cada vez que realiza una acción social a través de su fundación. Precisamente, este miércoles hemos conocido que el multimillonario gallego ha entregado 320 millones para equipos contra el cáncer en la sanidad pública, parte de los cuales irán a parar a los hospitales murcianos.

¿Es pura filantropía o hay un interés personal oculto? El asesor fiscal murciano Jesús Ibáñez, de Ibáñez Hueso Asesores, desvela qué hay detrás de donaciones de tal magnitud: "Es cierto que existe un beneficio fiscal para el donante, pero se trata de un beneficio que es siempre inferior a la cantidad donada".

En virtud de la ley 49/2002 de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, dan derecho a deducción en el donante las aportaciones realizadas, no solo a entidades de utilidad pública (hay ejemplos muy conocidos como Médicos sin Fronteras, ACNUR, Cruz Roja o Cáritas), sino también al Estado, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales, así como a los Organismos autónomos del Estado y otros organismos públicos de carácter análogo. Por este motivo, las donaciones que Amancio Ortega ha hecho por ejemplo a Cáritas, tendrán el mismo tratamiento que las donaciones que ha hecho a la sanidad o a la educación públicas.

Esta no es la primera vez que Amancio Ortega dona a la sanidad importantes sumas de dinero. En 2015 donó 17 millones de euros a la sanidad gallega y en 2016, 40 millones de euros a la andaluza.

La donación de 320 millones de euros que nos ocupa la realiza la Fundación Amancio Ortega. Si ese dinero llegó a la fundación a través de una aportación personal de Amancio Ortega, en virtud de la vigente Ley de IRPF, Amancio Ortega podrá deducirse un 25% de lo aportado con el límite máximo del 10% de la base liquidable. En este caso, supone que la aportación de 320 millones de euros le supondrá un ahorro en su declaración de la renta de 96 millones de euros. Su aportación le cuesta 224 millones de euros. "En mi opinión, esto no es ningún negocio, es simplemente la aplicación de un beneficio fiscal que es igual para cualquier aportación, grande o pequeña, que haga cualquier contribuyente", según el experto consultado por La Opinión.

Para Jesús Ibáñez, "no existe una argucia o ingeniería contable por la que Amancio Ortega gane dinero con esta operación. Esa afirmación es falsa. Amancio Ortega ve reducido su patrimonio y su Fundación se limita a desarrollar la actividad para la que se creó. Que el coste efectivo sea 320 o 224 millones de euros considero que no es lo relevante. Existe un coste, eso es evidente", sentencia el asesor.

Además, añade: "Hay que decir que la donación no se produce como tal de golpe. En realidad, lo que hay son distintos convenios de colaboración con las distintas sanidades autonómicas que se van a desarrollar en los próximos años". Y precisa que se le da publicidad a la donación "porque es requisito imprescindible para que Hacienda considere el gasto como deducible en la Fundación Amancio Ortega".

Mecenazgo y patrocinio, mismo funcionamiento

El mecenazgo, de lo que se ha hablado anteriormente, funciona igual que un patrocinio. "Es curioso que el tratamiento para la fundación sea exactamente igual que si gastara el dinero en patrocinar a un equipo de fútbol", explica el experto economista Jesús Ibáñez. "Precisamente esa es una de las reclamaciones de las Entidades de Utilidad Pública, que se impulse algún tipo de ventaja fiscal que discrimine entre ambas finalidades". Existe un beneficio fiscal en el donante a la fundación, pero no lo existe en la fundación cuando usa el dinero para el cumplimiento de sus objetivos, por lo tanto, "no se discrimina positivamente entre objetivos de patrocinio u objetivos asistenciales, por ejemplo", explica Ibáñez.

En los países anglosajones la cultura de donar está mucho más extendida. Para Ibáñez, "posiblemente eso explica las reacciones que suelen darse cuando aparecen noticias de este tipo en España, que son reacciones impensables en países anglosajones".