"Veinte años no es nada", dice el tango Volver del insigne Carlos Gardel. Puede que no lo sea para el amor, pero desde luego sí lo es, y mucho, cuando se trata de proteger especies vulnerables e incluso en peligro de extinción.

Ese es el tiempo que ha pasado desde que se aprobó, allá por el verano de 1995, la Ley de Conservación de las Especies Naturales y de la Flora y Fauna Silvestre de la Región de Murcia. En la misma se apuntaba que el año siguiente debían estar redactados y aprobados los planes de protección de especies en peligro de extinción. En el caso de la Región, y en referencia a las especies de aves esteparias, formaban parte de la lista el cernícalo primilla y la avutarda.

A 26 de marzo de 2017, las aves esteparias siguen esperando y a la lista se pueden añadir especies como la alondra ricotí, el sisón, la ganga ortega y la común y el aguilucho cenizo. Esta avifauna tiene sus principales hábitats en el Noroeste y en el Altiplano, y en el área de influencia del Valle del Guadalentín y pedanías altas lorquinas. Su vulnerabilidad es grande, ya que, entre otras cuestiones, suelen nidificar en el suelo. En las extensiones de cereales, los saladares y los espartales desarrollan su vida.

Hubo, cierto es, un primer intento de aprobar un plan de recuperación para el cernícalo primilla. Se llevó al consejo asesor regional de Medio Ambiente allá por 2012, pero se decidió aparcarlo para hacer otro que incluyera a todas las especies. Y ahí estamos.

En 2014 la Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente sacó a concurso la contratación del Programa de Seguimiento Biológico de especies de aves esteparias catalogadas de amenazadas en la Región de Murcia. El coste, 60.000 euros más IVA. En julio de ese año, se publicó la concesión del concurso, y la empresa adjudicataria debía entregar el trabajo once meses después. Hace casi dos años. Nada se ha vuelto a saber de aquello.

«El problema de las esteparias es que, a diferencia de otros grupos, suelen habitar fuera de espacios protegidos o de la Zepas, por lo que son más difíciles de preservar», comenta Rubén Vives, portavoz de la organización Ecologistas en Acción.

Desde esta organización, sin embargo, comenta que no deja de ser cuando menos curioso que la Consejería esté dando ayudas procedentes del Plan de Desarrollo Rural (PDR), a agricultores y propietarios de terrenos de cultivos cerealistas, que es el hábitat natural de estas especies, sin que haya un plan específico para evitar la desaparición de estas aves. «Entendemos que estas subvenciones deberían estar acompañadas de los planes de protección de las esteparias y ligadas al aumento de las poblaciones de este tipo de fauna», añade el ecologista.

Hasta ahora, la Comunidad Autónoma ya tiene cerrados los planes de protección del águila perdicera, de la nutria, del fartet y de la malvasía cabeciblanca. Sólo quedan pendientes los de las aves esteparias y el de la tortuga mora.

Con el objetivo de impulsar el plan de las aves esteparias, Podemos primero y Ciudadanos después presentaron el año pasado sendas mociones a la Mesa de la Comisión de Política Territorial, Medio Ambiente, Agricultura y Agua de la Asamblea Regional. Las mociones, si el devenir político lo permite, deberán debatirse el próximo miércoles día 29 por la mañana.

En éstas, los dos partidos políticos coinciden en reclamar al Gobierno regional que tramite y apruebe «cuanto antes y sin más demora» los planes de recuperación, manejo y conservación de estas especies, que están en una clara situación de amenaza.

Una realidad que se hace extensiva al resto de España, donde se constata que hasta el 60% de las esteparias tiene algún grado de amenaza. E incluso a Europa, donde ya se le considera como el grupo de aves más amenazado y con un mayor riesgo de desaparecer en las próximas décadas.

Factores de su declive Regadíos versus secano

Varios son los factores que están provocando desde hace años el ‘cerco’ a este tipo de avifauna en la Región de Murcia. Entre ellas la reducción de los cultivos extensivos, que conllevan tasas de barbecho; eriales y baldíos; vegetación de márgenes, linderos y ribazos; rotaciones tradicionales, a tres hojas; estructura en mosaico del paisaje agrario; y las cubiertas vegetales volteadas tras la siega.

Por el contrario, se ha incrementado lo que se califica como intensificación agrícola en los cultivos de la Región de Murcia, modificando claramente los hábitat de estas aves. Esta nueva actividad echa mano de una mecanización agrícola inadecuada para las especies.

Además, ha incrementado los regadíos y cada vez se utilizan más los fertilizantes y los fitosanitarios de amplio espectro. El abandono agrícola en algunas zonas también afecta directamente a las esteparias.

Los nuevos usos del suelo; la construcción de nuevas urbanizaciones e infraestructuras viarias; el asfaltado de los caminos agrícolas o las instalaciones industriales de energía solar son otros de los factores negativos.

Además, estas aves sufren una ‘mortalidad adicional’ a causa de los aerogeneradores que se instalan en su entorno y a lo largo de las rutas migratorias; por las líneas eléctricas de alta y media tensión y por la caza directa, muchas veces furtiva.