Los transportistas murcianos no temen la competencia del tren, en una región que cuenta con una flota de unos 7.000 u 8.000 camiones frigoríficos, una de las mayores de España. El presidente de la patronal Froet, Pedro Díaz, considera que el transporte de productos perecederos siempre exigirá unas condiciones especiales que los camiones garantizan con más fiabilidad, «cuando se trata de una mercancía que depende mucho del clima. No es lo mismo que transportar tornillos de una industria».

En la Región hay unos 14.000 vehículos dedicados al transporte de mercancías, aunque esta cifra incluye también los camiones de menor tonelaje y furgonetas de reparto, cuya carga podría pasar de la carretera a los trenes de mercancías cuando esté finalizado el Corredor Mediterráneo.

Pedro Díaz, que es uno de los firmantes del manifiesto promovido por el Gobierno regional a favor del Eje de Algeciras a Escandinavia, asegura que los empresarios del transporte «lo estamos apoyando desde el primer momento». A su juicio, será difícil que el tren pueda sustituir al camión en el transporte de frutas y verduras. «Yo no lo veré», aseguraba. No obstante, explicó que se están produciendo grandes avances en el tráfico intermodal, que abren la puerta a un uso combinado en el que participe el tren y el camión. Entre estas alternativas figura la utilización de plataformas ferroviarias que pueden transportar el remolque con el frigorífico sin la cabeza del camión. «Al llegar a su destino otro conductor de la misma empresa o de otra asociada acopla una nueva cabeza al vehículo. En Perpignan ya se pueden coger trenes con estas plataformas para remolques», indicó. Precisó también que este sistema de transporte existe en el tramo del Corredor Mediterráneo ya construido, que parte desde Francia en dirección a Escandinavia y los países del centro de Europa.

Recordó igualmente que el transporte marítimo también está abriendo nuevas rutas intermodales para el tráfico de mercancías destinadas a Centroeuropa a través de Italia. Esta fórmula ofrece la ventaja de que «las horas que el conductor pasa a bordo del buque cuentan como descanso», lo que permite reducir las jornadas de trabajo computadas en el tacógrafo. Las rutas en las que el camión es transportado por mar parten desde el puerto de Barcelona en dirección a Roma y a Génova. Según dijo Pedro Díaz, son travesías de unas 24 horas, con un barco diario, por lo que «el viaje dura casi lo mismo que si se hace íntegramente por carretera».