Evitar futuras muertes masivas de abejas en la Región sería más fácil si existiera un Plan de Gestión y Protocolo de actuaciones entre los agricultores y los productores de miel. Plan que reclama la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Murcia a la Administración regional, a raíz del último caso ocurrido en Mazarrón, en el que murieron millones de estos insectos.
El secretario de Agricultura de Upa, Antonio Moreno, defendió esta iniciativa explicando que «debe haber una comunicación continua entre nosotros, porque así habría muchos menos riesgos». En este sentido, se refirió a que los agricultores deben saber dónde están las colmenas, de la misma manera que los apicultores deben conocer los momentos en los que se van a fumigar los árboles, por ejemplo.
«Nosotros necesitamos la polinización de la misma manera que ellos necesitan las flores de los árboles; es decir, que nos necesitamos mutuamente», insistió.
La Región de Murcia tiene un total de 120.000 hectáreas de cultivos leñosos, de los cuales alrededor del 30 por ciento son ecológicos. Estos datos fueron puestos ayer sobre la mesa, y en ellos se basan para dejar claro que los agricultores de la Región se preocupan por el medio ambiente.
«Los que no son ecológicos pueden ser tratados con productos para evitar las plagas durante la floración, pero son siempre productos autorizados y respetuosos con el medio ambiente», indicó Moreno.
En este sentido, se refirió al uso de neonicotinoides, compuestos que se consideran como los principales causantes de la desaparición de abejas en todo el mundo. «Sabemos que organizaciones ecologistas como Greenpeace están intentando que se prohiba terminantemente su uso, y utilizan casos como el de Mazarrón, que ha sido muy puntual, como un argumento», apuntó Moreno.
Los agricultores afirman que necesitan poder utilizar estos componentes, de manera controlada como hasta ahora, pues se ha comprobado que es son los únicos que pueden frenar la plaga del 'greening', que afecta sobre todo a los cítricos y que es letal para los árboles una vez infectados. «Prohibirlos sería como no dejar que conduzca la gente porque se producen accidentes de tráfico».
