El secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Alberto Moya, afirmó ayer que «muchos guardias civiles ponen multas innecesarias para no perder su complemento de productividad».

Moya hizo estas declaraciones a LA OPINIÓN con motivo de su presencia en Murcia en el día de hoy, donde asistirá a la Asamblea Provincial de AUGC en la Región.

Sobre los incentivos, explicó que lo que ocurre es que «se establece un baremo en la actividad que tienen las agrupaciones de Tráfico, de tal manera que tiene que quedar reflejada la actividad de cada agente a lo largo del día». «Por ejemplo, cinco regulaciones de tráfico, dos auxilios en carreteras y veinte multas», comentó.

Lo que pasa es que «lo que más vale son las multas». «Y los guardias civiles están en un escalafón, de tal manera que el que haya puesto diez multas estará por debajo del que haya puesto veinte», explica el líder nacional de AUGC.

«Al final de mes, a lo que están abajo en el escalafón les recortan el sueldo. Y, como nadie quiere perder su sueldo, empieza la carrera por las multas. Si uno ha puesto, por ejemplo, tres en un día, el otro sale a la calle a poner otras tres», asevera Moya.

Esta situación, lamenta, «ha generado un mal compañerismo».

Preguntado por quién establece que estos baremos se hagan así, el secretario general de la Asociación Unificada respondió que la Dirección General de la Guardia Civil, al tiempo que se preguntó si este organismo «entiende que se está multando poco».

A su juicio, se presiona de esta manera para que los guardias civiles salgan a la caza del conductor». «Es un sistema perverso para meter presión», denuncia Moya.

En cifras, detalló que este modo de proceder está vigente desde hace aproximadamente siete años. También calculó que los agentes que quedan los últimos del escalafón dejan de ingresar al mes 130 ó 140 euros.

En cuanto a la Región de Murcia, Alberto Moya reconoció que el buen hacer de los agentes ha hecho que bajen los robos en zonas rurales, aunque indica que «se ha diseñado un ROCA (Equipo de lucha contra el Robo en el Campo) para incidir en estos delitos, pero ha sido desvestir a un santo para vestir a otro».

Considera esto porque, según detalla, para reforzar la presencia de la Benemérita en zonas en las que predominaban los robos (pasó este verano en Fuente Álamo, por ejemplo), se tuvo que movilizar a efectivos que estaban en otros puestos.

Según los cálculos de Moya, en la Región de Murcia «faltan más de cien guardias civiles en las unidades operativas».

Esta comunidad, en su opinión, tiene los mismos problemas que el resto de España, como son «escasez de plantilla y reorganización de las unidades», comentó. Con el añadido de que «Murcia no es una provincia especialmente tranquila, no es Segovia».

Debido a los recortes que denuncia, Moya cree que la Región, como el resto de España, viviría «un desastre» si se diese, por ejemplo, un atentado islamista. «Necesitamos más formación y más medios», sostiene.