El exjuez Baltasar Garzón, que fue inhabilitado y expulsado de la carrera judicial, se pronunció ayer sobre las supuestas coacciones en la investigación del caso Auditorio denunciadas por el relevado fiscal superior de la Comunidad, Manuel López Bernal. Tras señalar que «presiones siempre va a haber», Garzón recordó que en su propia carne ha vivido acciones de ese tipo. No obstante, mostró su pesar porque el fiscal haya tardado tiempo en decir algo que es «preocupante».

El exjuez afirmó que, pese al cambio en la Fiscalía, «lo importante» es que «no se altere» la investigación sobre el caso Auditorio, que afecta al presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, y criticó duramente al ministro de Justicia, Rafael Catalá, por censurar a las fiscales del caso Púnica que sí se mostraban partidarias de investigar al jefe del Ejecutivo murciano por su supuesta relación con la trama. «Es obsceno que diga que se conozca que ha habido conversaciones entre él y el presidente de Murcia sobre si los fiscales han dicho o han dejado de decir». Recordó que el exministro socialista Mariano Fernández Bermejo «se le hizo dimitir por muchísimo menos» (por irse a una cacería con él).