La mitad de las mujeres fumadoras continúan fumando a escondidas durante el embarazo. Éste es uno de los datos que ha dado a conocer Elena Castellanos, ginecóloga y miembro de la Junta de la Sociedad Catalana de Atención y Tratamiento del consumo del Tabaco (Scatter), durante la conferencia que ha ofrecido sobre Ginecología y Obstetricia en Tabaquismo en un encuentro de especialistas en Caixaforum.

Aunque el número de mujeres que fuma ha disminuido en los últimos años, se calcula que en España un 25 % de las mujeres en edad reproductiva son fumadoras y, de éstas, más de la mitad sigue fumando durante el embarazo. «De las mujeres que consiguen dejarlo, un 70 % vuelve a fumar después del parto», ha remarcado Castellanos, que advierte de que el tabaco adelanta la menopausia, aumenta el riesgo de infartos de miocardio en mujeres que toman anticonceptivos, influye en los tratamientos de reproducción asistida y tiene muchas consecuencias en el feto y en su desarrollo posterior.

En cuanto al feto, esta ginecóloga ha señalado que uno de los efectos adversos más conocido es el bajo peso de los bebés, pero también pueden sufrir más asma infantil, otitis o infecciones respiratorias. Además, ha señalado que los últimos estudios relacionan el consumo del tabaco con el síndrome de hiperactividad, déficit de atención y el cáncer infantil. También ha avisado de que, al llegar a la edad adulta, los hijos de mujeres fumadoras son más proclives a padecer diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Por su parte, la profesora del departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Zaragoza Isabel Nerin explicó en su conferencia, titulada ´El Tabaco y las mujeres: Una atracción fatal´, que muchas mujeres utilizan el tabaco como una estrategia para afrontar emociones negativas o, incluso, para controlar el peso, considerando el tabaco como una ayuda en la vida diaria. «Esto se convierte en una atracción fatal por la enorme carga de enfermedad y discapacidad que puede suponer para las mujeres que fuman», dijo.

«Hace algunos años el cigarrillo se presentaba ante las mujeres rodeadas de glamour y esto se podía asociarse al erotismo. Hoy en día, la prohibición de la publicidad del tabaco y la cantidad de información que existe sobre los riesgos que supone el hábito de fumar hacen que el cigarrillo quede alejado del glamour y del erotismo», explicó Isabel Nerin.