Ofrecer al cliente el mejor producto, darle lo que necesita, en el momento que lo precise y de la manera que desea recibirlo. Estos son los pasos que Faroliva, sociedad mercantil constituida en 1981 en la pedanía murciana de Los Dolores, sigue a la hora de prestar servicio a un público que crece al mismo ritmo que lo hace esta empresa familiar especializada en la fabricación, distribución y comercialización de aceitunas y encurtidos.

Los méritos contraidos tras casi cuatro décadas de vida le convierten en un referente dentro de un sector donde la competencia es feroz. Muy lejos quedan ya los inicios de una compañía que empezó a conquistar todo tipo de paladares gracias a la aceituna manzanilla con hueso (por aquel entonces su buque insignia), que después de muchos intentos y pruebas se presentó en el mercado con un sabor diferente, suave y dulce a la vez.

Fue el punto de partida de una relación con el éxito que todavía hoy perdura. Buena parte de ‘culpa’ la tiene, precisamente, la gran variedad de productos que brinda al consumidor: aceitunas, encurtidos y conservas vegetales (zanahoria, remolacha, brotes de soja, etcétera), entre otros muchos.

Calidad garantizada

La evolución permanente de Faroliva encuentra su explicación en una serie de factores determinantes. Así lo explica Miguel Sánchez, director de Organización, Control Económico y Financiero, que apunta en primer lugar al afán de la compañía por «introducir siempre productos de calidad», comenzando «con la compra de la aceituna (la excelente selección de la materia prima en origen)» y terminando con un proceso de fabricación que cumple «no solo con la normativa legal sino también con los más altos estándares de calidad (BRC, IFS, ISO 22000, ISO 14000, ISO 9000)».

La continuidad en la calidad y el servicio ha posibilitado que la marca El Faro «tenga hoy día un valor trascendental» para una sociedad que puede disfrutar de un catálogo de productos con más de 700 referencias fabricadas y comercializadas. Entre ellas hay tres gamas (tradicional, gourmet y ecológica) perfectamente diferenciadas. «Todos los productos tienen un ciclo de vida y se ha sabido interpretar perfectamente en qué parte del ciclo nos encontramos con cada producto, lo que nos ha permitido reinventarnos en momentos complicados», apunta Sánchez.

Expansión por partida doble

Faroliva también ha progresado a nivel nacional, de la mano de «su buen producto y su marca», gracias a «la excelente conexión con los principales canales de distribución», sin olvidar el crecimiento que han experimentado sus exportaciones. «Esto ha sido positivo porque nos ha obligado a especializarnos en otros tipos de producto que no son tan comunes a nivel nacional», argumenta el director de Organización, Control Económico y Financiero, que añade que «lo más importante para la mayoría de nuestros clientes no es que se les dé un producto bueno hoy o mañana, sino que se les garantice una calidad continuada en el tiempo y que ésta tenga un precio razonable en el mercado».

Presente y futuro

El volumen de trabajo que se realiza en las instalaciones de la empresa no ha impedido que al mismo tiempo se sigan desarrollando herramientas que posibiliten dar una rápida y certera respuesta a las demandas de los clientes, y que el departamento de I+D+I genere continuamente nuevos productos que satisfagan el gusto del consumidor.

En Faroliva, eso sí, tampoco pierden de vista el futuro ya que encima de la mesa se mantiene el interés en «terminar de posicionar su marca en el extranjero al igual que la tenemos posicionada en el ámbito nacional». La compañía, de igual forma, está inmersa en iniciativas muy interesantes, como el proyecto de inversión en maquinaria innovadora y altamente productiva y la utilización de fuentes de energía más limpias y respetuosas con el medio ambiente.