Los niños que hacen un buen uso de las nuevas tecnologías (TICs) pueden ser más resolutivos y creativos, por el contrario, los que hacen un uso incorrecto, pueden tener problemas de aislamiento o de déficit de atención, así lo explica Esther Piñero, del Colegio de Psicólogos de Murcia.

Piñero insiste en que «es importante diferenciar estos efectos, dependiendo del uso que se haga de las tecnologías, pues no tiene las mismas consecuencias para un niño utilizar una tablet para aprender o para jugar a un juego educativo, que hacerlo simplemente para ver imágenes (dibujos animados, videos de youtube)».

En el caso del uso educativo o didáctico, el uso de nuevas tecnologías puede tener ventajas en cuanto a la motivación del niño por el uso del aparato, mayor implicación en las actividades y habituación al uso de herramientas del futuro. Mientras que en el segundo, si el niño pasa demasiado tiempo ensimismado en las nuevas tecnologías, «puede desarrollar determinadas dificultades, desde algunas leves, o poco preocupantes, hasta otras de mayor gravedad». En casos más extremos, la situación puede convertirse en «adicción», cuando los menores necesitan cada vez pasar más tiempo «enganchados», toleran con dificultad o no toleran la retirada del móvil o la tablet, restringen sus actividades cotidianas o se aislan socialmente.

Además, el acceso a grandes cantidades de información de forma rápida y muy visual, «prepara» el cerebro para la adquisición de este tipo de información, lo que puede provocar que los menores muestren poco interés por otras actividades más lentas y menos repletas de estímulos (lectura, juegos).Por lo que el uso de las TICs tiene importantes beneficios a nivel de aprendizaje y de desarrollo del sistema nervioso central, de hecho, "algunos estudios indican que los niños que las usan son más flexibles en su pensamiento, son más resolutivos y más creativos".

Está claro que «no podemos vivir una vida al margen de las nuevas tecnologías, pero es importante aprender su uso. El problema no son las nuevas tecnologías, sino el uso que se hace de ellas, por lo que no tiene sentido la prohibición de algo que está presente en nuestro día a día y que lo va a seguir estando en el futuro».

Cuidado con las redes sociales

El doctor Jesús Valera Bernal, psicólogo clínico especialista en adicciones, afirma que el uso de redes sociales o chat como ´WhatsApp´, por parte de jóvenes, es «potencialmente adictivo».

Sin embargo, advierte de la dificultad a la hora de determinar la incidencia de este fenómeno, ya que el 'WhtsApp' «se encuentra presente desde hace unos años, por lo que se mezcla la novedad de su uso, con el mantenimiento de una verdadera adicción a este chat que, en definitiva, es del contacto inmediato y directo con el entorno social. Y no digamos el uso inadecuado que puede darse de estas herramientas en casos más lesivos como acoso escolar o acoso psicológico».

El doctor Valera considera que «si estar en contacto a través de 'WhatsApp' de forma inmediata, condicionando el tiempo para hacer otro tipo de actividades, genera satisfacción inmediata y ocupa no sólo tiempo, sino dedicación, conviene observar si una vez que no tengamos ese contacto, surge malestar».