Estos días pasados, todas las depuradoras de agua potable de la Región, que toman el agua bruta en el río Segura, han tenido problemas con la calidad del agua a entregar a las redes públicas de nuestras ciudades por la presencia de trihalometanos. Se ha prohibido beber o cocinar con el agua del grifo a más de 160.000 habitantes. Pero no significa que el resto de la población, que es suministrada por el Taibilla, no haya tenido también unos niveles muy altos de trihalometanos, pero que, afortunadamente, no han sobrepasado el nivel definido como peligroso. Entre Murcia, Alicante y quizá norte de Almería, más de 2.000.000 de personas hemos vivido esta gravísima anomalía. Solo se habrán podido escapar los habitantes que se surten directamente del río Taibilla, sin pasar por el río Segura, como los de Cartagena. Los trihalometanos y otros compuestos organoclorados se forman al reaccionar el cloro que se le añade al agua con la materia orgánica que está contenida en ella. ¿Por qué contiene el agua materia orgánica cuando ha pasado por una planta depuradora? Porque si la materia orgánica se encuentra en forma de microalgas, los métodos clásicos para eliminarla no funcionan debidamente. ¿Y por qué existen microalgas en el agua bruta del río Segura? Porque la materia orgánica que circula por el río procedente de agua no depurada por sistemas terciarios sino solo secundarios, por los vertidos, por los abonos de los terrenos cultivados, etc, y afectada por la energía del sol, se provoca una situación extraordinaria para que se produzca la eutrofización del agua con mayor intensidad, o sea, el crecimiento de vida, como son las microalgas. Especialmente en el embalse de Ojós. ¿No les suena esto al Mar Menor? Es que es exactamente casi igual. El río Segura y el Mar Menor son dos ecosistemas demasiado pequeños y vulnerables como para ser atendidos como si fueran muñecas de porcelana. El Mar Menor ya se ha roto. Y ahora lo ha hecho el río Segura. Y en ambos casos, algunos ya lo veníamos anunciando. Reconozco que en el caso del Mar Menor ha habido más gente. En el caso del río Segura, pocos. En esta Tribuna, desde la que escribo, he sido tan pesado, advirtiéndolo al menos veinte veces, que ya me cansa hasta a mí. Vengo diciendo desde el año 1986, hace 30 años, que el agua que bebe la población nunca debiera pasar por el cauce del río Segura. Debiera venir conducida desde el túnel del Talave hasta las plantas depuradoras en una conducción específica para el abastecimiento, para evitar la enorme vulnerabilidad a la contaminación del agua del río Segura. Hoy han sido los trihalometanos, otro día pudiera ser algo más peligroso. Es el puro principio de la «cadena alimentaria». El producto alimenticio, y el agua es el más importante, debe de ser transportado por los medios necesarios hasta llegar indemne al ciudadano. ¿A alguien se le ocurre llevar la carne, que compramos en el mercado, arrastrándola con una cuerda por la calle? El Proyecto lleva hecho 27 años por Aguas de Murcia. Hace unos años el Gobierno Regional por fin lo iba a realizar. El egoísmo de los regantes de la Vega Media y el efecto hipnotizador que ejercieron sobre algunos ecologistas impidió que se hiciera.