Que la inmensa cantidad de agua caída en estos tres días de borrasca ha tenido mucho que ver con las inundaciones en las localidades del Mar Menor, es un hecho incontestable, como también lo son otros factores que han agravado las consecuencias de una 'gota fría' -dana- como no se había visto en los últimos setenta años.

Por una parte figura el hecho, advertido desde la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), de que municipios como Los Alcázares -el que peor parado ha salido de este temporal- está construído, casi en su totalidad en zona inundable por la propia orografía del terreno aguas arriba. El origen de las aguas son los cauces y vaguadas aguas arriba, apuntan desde el organismo de cuenca.

La creencia de los agricultores de que la escorrentía hacia Los Alcázares se vio agravada por el sellado de los canales de drenaje de las salmueras, la suciedad del mismo y la rotura del muro de contención -en el ya famoso canal D-7 que desemboca en El Albujón-, se negó desde la CHS, argumentando que «se trata de una conducción que precisamente trata de paliar la llegada de agua de arrastres a Los Alcázares».

La CHS, recordaron ayer fuentes del organismo de cuenca, realizó una mejora de este canal en 2009 a petición precisamente del ayuntamiento de Los Alcázares, ampliando y reforzando la consistencia de 3,5 kilómetros de la conducción.

«Su existencia ha disminuido la llegada de agua a ese municipio y en caso de que se haya producido una rotura (algo normal teniendo en cuenta la cantidad de lluvias, de 200 litros por metros cuadrado en esa zona), el canal habrá desaguado menos agua de la que desaguaba inicialmente, pero ni mucho menos se le puede señalar como la causa de la inundación, sino que la rebajó».

Este relato contrasta con el manifestado ayer por el alcalde alcazareño, Anastasio Bastida, quien en declaraciones a Efe, destacó que la rotura del muro de contención de ese canal de drenaje agravó la avalancha de agua que provocó la gran subida de su nivel y graves daños en los inmuebles e infraestructuras del casco urbano.

Bastida indicó que técnicos municipales y responsables de la Unidad Militar de Emergencias, terminaron -en la madrugada del martes- los trabajos de reparación de los dos tramos afectados, de unos 70 y 30 metros de longitud, por el desprendimiento del terraplén sobre el que se sostiene el muro, que se ha venido abajo labrado por el agua.

El reventón de esos tramos de muro hizo que quedara mermada su función de retener el agua procedente de Torre Pacheco para que se almacene en la huerta y el campo y fuera a sumarse a los 268 litros/m2 que cayeron en 36 horas sobre la localidad ribereña.

Actividad humana incontrolada

Desde el Pacto por el Mar Menor, los ingenieros agrónomos Celia Martínez y Jorge Enríquez achacaron a la «actividad humana sin control» y fomentada por la Administración los efectos del temporal, enumerando el regadío intensivo, las obras civiles y la invasión de cauces y ramblas como las causas principales.

Los ingenieros apuntaron que esta actividad «cambió toda lógica» de las escorrentías, por lo que se ha perdido la cubierta vegetal y se ha allanado una superficie para regadío y urbanizaciones.

Pacto por el Mar Menor culpó también a la «artificialización» de la costa, además de alterarse los cauces y provocar una «erosión desmedida» en las playas y permitir la «invasión urbanística» en ramblas, por lo que se han producido inundaciones en sitios que hasta ahora no habían sufrido este fenómeno, como el centro comercial Dos Mares y el nuevo Hospital de Los Arcos.