El Servicio Murciano de Salud (SMS) manda a los transexuales de la Región a operarse en Málaga, confirmaron a este periódico fuentes de la consejería de Sanidad. Lo hace debido a «la complejidad» que tiene la intervención en sí, pese a que la ley de Igualdad aprobada en mayo en la Asamblea Regional contemplaba que las personas 'trans' podrían reasignarse en los hospitales murcianos.

Desde la consejería que dirige Encarna Guillén apuntaron que en esta comunidad «actualmente hay en seguimiento 23 personas, en fase de terapia hormonal». Sí se da cobertura a la persona que va un paso más allá, con un tratamiento quirúrgico más simple, como una operación de mamas. Sin embargo, la «cirugía más compleja», admiten desde Sanidad, ha de llevarse a cabo en el Carlos Haya de Málaga, que es «el hospital de referencia en atención a la transexualidad».

El Carlos Haya -desde 2009 Hospital Regional de Málaga- es un complejo gestionado por el Servicio Andaluz de Salud. Cuenta con una Unidad de Trastorno de Identidad de Género (UTIG) que funciona desde 1999. En ella trabajan psicólogos, endocrinólogos y cirujanos.

Esta UTIG, de hecho, fue la primera que se abrió en el país para atender a los transexuales y ofrecer cirugías de reconstrucción genital en un servicio público.

Además de en la pionera Andalucía, hoy en día ya hay atención integral para transexuales en Madrid, Cataluña y País Vasco, entre otras autonomías. No así en la Región, pese a la Ley de Igualdad LGTBI, aprobada hace apenas medio año en la Asamblea.

Entonces, desde el Parlamento autonómico se aseguraba que esta norma permitiría a los transexuales operarse en el SMS. Sin embargo, la normativa nació «sin memoria económica», admitían desde la consejería de Sanidad.

«La ley incide en que el sistema sanitario público prestará atención psicológica y clínica a los transexuales, tanto menores de edad como adultos, para lo cual les proporcionará tratamiento hormonal, el proceso quirúrgico genital, aumento de pecho y masculinización de tórax, así como las prótesis necesarias y las medicaciones que modulen su tono y timbre de voz acorde con su sexualidad», se anunció hace seis meses, cuando la norma -papel mojado, a juicio de personas afectadas- fue presentada.

«Antes de que termine el año tienen que estar claros los presupuestos para el año que viene de la Región de Murcia. En dichos presupuestos se tiene que fijar la financiación de la ley LGTBI, sin la cual, más o menos la mitad de la ley es papel mojado», recuerda la activista transexual Artizar Díaz.

A su juicio, «es previsible que los mismos que dijeron que la ley 'no era necesaria' aprovechen esta ocasión para mutilarla todo lo que puedan. Me refiero a esos mismos políticos que se dieron tanta prisa en salir en la foto para que todo el mundo viera lo modernillos que se han vuelto».

La activista denuncia que recientemente una compañera transexual «fue a la Seguridad Social a reclamar las cirugías que le corresponden y no solo se las negaron, sino que, además, la trataron de forma sumamente despectiva, dando a entender que no era una mujer de verdad».

«También queda por ver el papel que querrán hacer los colectivos LGTBI respecto a la situación de la transexualidad», apunta Díaz, que se pregunta «si los cisgays (homosexuales no 'trans') van a implicarse de verdad o dejaran que la transexualidad haga su papel habitual en el activismo LGTBI». «¿Qué papel? El de ser como la cola de una lagartija, lo ultimo y prescindible que se deja atrás para dar al depredador un premio de consolación», asevera.

En cuanto a si en la comunidad murciana hay desabastecimiento de hormonas para personas transexuales -esta semana se hacía público que en España lo hay y que afectaba a miles de personas-, desde Sanidad detallaron que «el SMS no diferencia por tipos de medicamentos», esto es, «no tiene partida de hormonas».