Insultos y vejaciones constantes, incluso amenazas de muerte. Es lo que denunciaron ante la Guardia Civil familiares de la víctima, que se presentaron el pasado martes en el cuartel de la Benemérita en Alhama de Murcia. Y se presentaron ellos porque la agredida, una adolescente, tiene tan sólo 16 años de edad. Y los presuntos agresores, que están por identificar, también son menores de edad. Y son, según ella sospecha, sus compañeros de clase.

Esta adolescente, en un principio, se veía sometida a burlas por su aspecto físico: la llamaban 'gorda', entre otras cosas. La aparente impunidad que da Internet, y que el agresor se sienta protegido tras una pantalla, dio lugar a que el acoso se incrementase. La chica llegó a leer en una red social que la iban a matar. De esta manera, lo acabó contando a sus familiares, y estos acudieron a buscar la ayuda de la Benemérita.

La primera denuncia dio lugar a otra. Un día después (ayer), padres de otra adolescente -compañera de centro de la primera- también se presentaban en el mismo cuartel y detallaban que esta menor también venía sufriendo vejaciones y siendo insultada. Profesionales de la Guardia Civil se encuentran inmersos en la investigación y no descartan que puedan aparecer más víctimas que, por miedo o vergüenza, no hayan contado aún lo que les ocurre, pero que podrían verse alentadas a hacerlo al ver el paso adelante de sus compañeras. Fuentes del caso explicaron que las pesquisas se centran en una chica, a la que las víctimas habrían señalado como supuesta 'cabecilla' o líder del grupo de personas que las acosan vía Internet. El resto de adolescentes que profieren los insultos y las amenazas serían también, en su mayoría, chicas, que actuarían a modo de 'comparsa' de la líder.

«Las medidas más extremas»

Tanto las víctimas como sus presuntos agresores cursarían sus estudios en el Instituto de Educación Secundaria Valle de Leiva, en la citada Alhama de Murcia.

Roberto García de la Calera, director de este centro, explicó a LA OPINIÓN que el instituto aplica «tolerancia cero» contra el acoso escolar. Por tanto, en el momento en que sean identificados los presuntos autores de los hechos, serán previsiblemente expulsados, incidió.

García de la Calera apuntó que la primera víctima comunicó a su tutor, en el día de ayer, lo que estaba ocurriendo, y fue entonces cuando el centro se puso en contacto con la familia, que corroboró que había ido al cuartel a denunciar.

El director del IES resaltó que entonces fueron clase por clase, a recordar a los alumnos que, pese a que los presuntos delitos habrían sido cometidos vía Internet, la Guardia Civil cuenta con mecanismos para averiguar quién o quiénes se esconden detrás de las amenazas.

García de la Calera admitió que, hasta que no se identifique a los presuntos agresores, no se podrán tomar «medidas completas», como podría ser la expulsión.

«Si es verdad que este acoso ha llegado a amenazas de muerte, lo correcto es que se haga una denuncia, como se ha hecho, y tomar las medidas más extremas», consideró de forma tajante.

Señaló que el IES cuenta con «protocolo de acoso, peleas y agresiones», el cual «para las cosas más mínimas, ya lo activamos». «Llevamos el seguimiento de cualquier pelea y agresión, cuanto más del acoso», precisó el responsable del centro.

Desde la investigación confirmaron que psicólogos del centro estaban al corriente de lo que pasaba y ya habían dialogado con las chicas víctimas del presunto acoso, para tratar de prestarles ayuda.