La excesiva belleza también puede convertirse en pesadilla. Ponerse delante de algo sobre lo cual hay consenso -es precioso- supone, para algunas personas, un dolor irracional sobre el que poco o nada pueden hacer, si no se ponen en manos de profesionales. Es una rareza -varios psicólogos murcianos consultados por este periódico admiten que jamás han tenido un caso-, pero existe algo que se llama selenofobia. Esto es, miedo a la Luna.

Selene es la diosa de la Luna en la mitología clásica, y de ahí el nombre del trastorno. El cambio de estación, las horas de luz o la ausencia del sol son los responsables del llamado trastorno afectivo estacional, que afecta al 15 por ciento de la población, pero también hay individuos que manifiestan pánico o terror hacia ciertos fenómenos atmosféricos.

Son las conocidas como fobias meteorológicas, algunas relacionadas con acontecimientos admirados por su belleza por la mayoría de las personas, como la luna (selenofobia), el amanecer (eosofobia) o las auroras boreales (aurorafobia).

«Estas fobias son inconscientes y dan un miedo desproporcionado», explica la psicóloga murciana Raquel Navarro, quien detalla que «lo que distingue a la fobia del miedo es que el miedo es algo real. Por ejemplo, si tienes un león delante. La fobia es un miedo desproporcionado a algo».

La profesional -que acaba de estrenar web, raquelnavarrolopezpsicologa.com- considera que la selenofobia «no es algo muy científico», al tiempo que apunta que «todas las fobias en general parten de los trastornos de ansiedad». «Están las fobias específicas y la fobia social. Esta sería una fobia específica», apostilla.

A quien la Luna le inspire terror, la experta no le recomienda en absoluto que intente la ´terapia de choque´ y se ponga delante del satélite en plenitud. «Eso sería terapia de inundación. No es efectiva, es raro que se utilice ya», deja claro al respecto.

Lo más efectivo, a su juicio, sería apostar por «una sensibilización sistemática». Esto pasa por pedir al paciente «que, estando relajado, imagine varias escenas que le produzcan ansiedad», pero de forma progresiva.

«En vez de enfrentarse directamente a la Luna, que primero lea un texto sobre la Luna, oiga hablar sobre la Luna, vea una foto de la Luna... hasta que se pueda exponer a la Luna», indica. Asimismo, la psicóloga aboga por poner en práctica «técnicas de relajación».

Preguntada por otras fobias raras que haya visto en su consulta, Navarro se refiere a «la fobia al sexo», algo que, no obstante, «no es común». «Casi todo el mundo tiene miedo a la oscuridad y a las arañas», comenta.

Por su parte, Mar Gómez, meteoróloga de Eltiempo.es, manifestó que los trastornos psicológicos «no entienden de si algo es más o menos bello y lo que para algunos es muy llamativo a otros les inquieta hasta el punto de provocar ansiedad».

Este miedo o fobia «tiene normalmente una motivación, una raíz», sentencia Mar Gómez, que recomienda a quien lo padezca ponerse en manos de profesionales, «nunca enfrentarse solo a este tipo de trastorno».

Además, la experta comentó que este tipo de trastornos no son muy conocidos, debido a que las fobias y los miedos «se suelen llevar en secreto», por lo que el porcentaje de población afectado «podría ser mucho mayor» de lo que se piensa. «Una persona que tiene fobia a la luna no puede enfrentarse de pronto a una luna llena o una súper luna, sino ir saliendo poco a poco por la noche acompañada de un profesional», dejó claro Gómez.