José María Albarracín (Murcia, 1962), que cumplirá cuatro años como presidente de la CROEM en noviembre de 2017, no tiene intención de agotar los dos mandatos de cuatro años contemplados en los estatutos de la patronal, como tampoco agotó el periodo máximo que tiene establecido la Asociación Murcia de la Empresa Familiar (Amefmur), que también presidió.

Su intención, como mucho, es continuar en el puesto hasta la asamblea electoral de la patronal murciana que se celebraría en la primavera de 2018. Aunque la mayoría de los hombres que ocupan cargos de responsabilidad se sienten en deuda con su familia, Albarracín considera que su esposa, María Dolores Gonzálvez, está siendo su «bastión», pero no puede pedirle este sacrificio indefinidamente, con una agenda en la que tiene que encajar la dirección de su empresa exportadora de pimentón con la presidencia de la confederación empresarial, el asiento en la Cámara de España, su puesto en la cúpula de la CEOE y la presidencia de la Mesa del Agua.

Por eso, ya está haciendo cuentas del tiempo que le queda en el despacho de la sede de la calle Acisclo Díaz, cuyas estanterías se van poblando con fotografías familiares e imágenes suyas con algunas de las personas con las que ha coincidido, como el expresidente de la Comunidad Alberto Garre, los reyes, «los presidentes vivos de la CROEM en la despedida a José Dasí», el anterior director territorial de El Corte Inglés, la consejera de Agricultura, Adela Martínez Cachá, y los alcaldes de Murcia y de San Javier, José Ballesta y José Miguel Luengo, respectivamente. Fuera de la patronal aún le quedan otros planes.

Si se forma Gobierno en poco tiempo y se convocan las elecciones a la Cámara de Comercio de Murcia, ¿piensa presentarse?

Soy hombre de tiempos cortos y creo que en los tiempos cortos es cuando más se puede rendir y más se puede dar a la institución y al cargo que uno representa.

¿Eso qué significa?

Eso quiere decir que cumpliré con lo que siempre he sido: un hombre de tiempos cortos, intensos y con resultados. Por tanto, el presentarme lo veo muy lejos en el horizonte.

El horizonte sería el de un año o algo menos.

Aquí me queda un año. Los cuatro años se cumplen en noviembre del año que viene, porque yo sustituí a Miguel del Toro antes de terminar su mandato, aunque la asamblea electoral se celebraría en la primavera de 2018.

¿Quiere decir que dejará la presidencia de la CROEM cuando lleve cuatro años?

Soy hombre de tiempos cortos y presentarme al segundo mandato lo veo muy lejos. El máximo son dos mandatos de cuatro años.

En ese caso su marcha no quedaría muy lejos de las elecciones en la Cámara de Comercio.

Entonces podría haber más opciones para otras cosas. Pero las elecciones a la Cámara no se sabe cuándo van a ser. Lo lógico es que sean durante el año 2017, pero personalmente creo que no serán nunca antes de la segunda mitad del año, sino más bien a finales.

¿Podría compatibilizar la presidencia de la CROEM y de la Cámara unos meses?

Entonces yo lo pensaría y en su momento valoraría qué decisión tomo. Ahora no tengo ninguna decisión tomada. Lo que me digo a mí mismo es que merezco un poco menos de actividad. También hay vida fuera, y hay que disfrutar de otras cosas, de la familia, de los hijos y de los nietos.

¿Le ha contado sus planes a la ejecutiva de la CROEM o ha hablado del relevo con los miembros de la dirección?

No. Ahora todavía no toca. Sería entrar en este campo excesivamente pronto, cuando las cosas caen por su propio peso. A partir del próximo verano sí que será el momento de empezar a tomar decisiones y a plantearse la carrera de la sucesión, si la hubiera, y ver cómo se tiene que producir y cómo se tiene que hacer.

¿La suya fue bastante complicada, con tres aspirantes a la presidencia de la CROEM?

Inicialmente fueron tres candidatos y uno de ellos se retiró de inmediato y quedamos Pedro Pablo Hernández (presidente de COEC) y yo. Sin embargo, aunque algunos quisieron darle mucho bombo y mucho platillo, la reconduje de una forma extraordinaria y hoy con Pedro Pablo no solo tengo una buena relación como presidente de COEC y vicepresidente de la CROEM, sino también personal. Eso demuestra que los empresarios no tenemos rencillas y que, una vez pasado aquel tramo electoral, inmediatamente nos pusimos a trabajar juntos, y hasta hoy.

La Región no consigue sacar los pies del plato, con una agricultura que vive una agonía con la falta de agua y un Mar Menor que sufre un desastre medioambiental en el momento en que el turismo vive el mayor despegue de su historia.

El Mar Menor se había dejado de la mano de Dios hace tiempo, no lo digo yo, lo dicen los expertos, y lo cierto es que no se había afrontado el problema, que se agravaba conforme pasaba el tiempo y que antes o después tenía que dar la cara. Creo que lo que se ha hecho es afrontar el problema de raíz y cortarlo. Ahora nos toca volver, no solo a regenerarlo, que es fundamental para que nuestro turismo siga siendo puntero, sino que el potencial y las virtudes del Mar Menor van a ser fundamentales el año que viene para que los turistas sigan viniendo. Este año ha habido una subida espectacular, por los datos que tenemos, pero el año que viene sí que puede haber alguna señal y hay que potenciar la regeneración.

¿No cree que, en lugar de estar saliendo de la crisis y empezar a ver el final del túnel, estamos entrando en otro?

Mi opinión particular es que el Mar Menor es un sitio espectacular, extraordinariamente bonito y con una capacidad turística fenomenal, y es lo que hay que explotar. No hacerlo sería ir en contra del crecimiento de la Región y, por tanto, de la creación de empleo y también de riqueza. Pero creo que es un problema que viene desde hace mucho tiempo y que no es cuestión ahora de buscar responsables y ver quién lo hizo o no lo hizo. Eso el tiempo lo dirá. Hay que ponerse manos a la obra, pero lo que no se puede hacer es criminalizar a los agricultores y a los regantes del Campo de Cartagena, porque lo que han hecho lo venían haciendo toda la vida. Pero no se le puede criminalizar desde ningún punto de vista, máxime en unos momento en que nuestro sector agrolimentario, regantes, empresas transformadoras y exportadoras, están en un momento tan absolutamente álgido, que es el auténtico núcleo duro de la economía regional, como yo lo llamo, junto con el turismo y el sector servicios. Los murcianos somos muy dados a tirarnos piedras contra nuestro propio tejado, pero yo creo que tenemos que hacer un pacto global para que todos vayamos en la misma dirección.

¿Cómo se puede resolver el problema que tiene el Campo de Cartagena mientras tanto?

La sequía ha complicado la situación del Campo de Cartagena, porque parece que hay una mano negra, que tiene nombre y apellidos. Que se tarden seis meses en aprobar un cesión de derechos que está contemplada en el decreto de sequía es demasiado, pero el agua empezó a llegar a esa misma noche y también tenemos la seguridad de que los 33 hm3 del trasvase van a venir de golpe. Lo que hay que hacer es construir un salmueroducto para sacar los vertidos al Mediterráneo y evitar que vayan al Mar Menor. Se consigue así que haya un vertido cero y que los regantes tengan la posibilidad de abrir los pozos y disponer de los recursos que necesita el Campo de Cartagena para regar.

¿Cuando habla de mano negra se refiere a Castilla-La Mancha o a la capacidad de influencia del PP manchego en el Gobierno?

Creo que es un problema endémico, que está muy arraigado, y por eso ha dado igual el partido que ha estado en el Gobierno. Sin embargo, es cierto que en la actualidad se ha acentuado. Entonces es muy bueno tener un gobierno firme, un gobierno fuerte y capaz de decisiones. En esta ocasión la ministra (de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina) ha demostrado solvencia y fuerza para hacerlo.

En Madrid ya ni siquiera se habla de plan hidrológico, sino de pacto.

Me temo que cuando haya un gobierno relativamente estable será un problema que no se va a acometer por la disparidad de criterios y de opiniones de las distintas comunidades autónomas. En este país lo que falta es solidaridad entre las comunidades y entre los españoles. Nosotros hemos conseguido que en la Mesa del Agua exista una solidaridad y una unanimidad prácticamente absoluta, puesto que está el cien por cien de las organizaciones agrarias, de las comunidades de regantes y de las empresas exportadoras. Ahora lo que queremos es transmitirlo fuera y lograr que nos vean con mejores ojos. La gente tiene que entender que lo que estamos haciendo en la Región de Murcia es compatibilizar el desarrollo del sector con el medio ambiente, pero sin esa solidaridad va a ser muy difícil salir adelante. La Ley del Memorándum tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, ya lo dijo CROEM en su momento, antes de ser yo presidente: una de las buenas es que da seguridad jurídica, pero la capacidad de trasvasar agua a esta zona depende mucho del caudal que haya en la cabecera del Tajo. Si siempre vamos a estar dependiendo de eso, el futuro no es muy halagüeño. Nosotros defendemos la interconexión de cuencas, se le llame, plan o pacto o como sea, pero es fundamental para que esta región tenga garantías de cara al futuro, sabiendo que aprovecha hasta la última gota.

Dice usted que no hay que buscar culpables, pero alguien debe ser responsable de que también el AVE o el aeropuerto estén empantanados. Lo primero que quiero hacer constar es que la variante de Camarillas se desbloqueó gracias a la actuación de CROEM. Esto salió de una reunión con el secretario de Estado y el equipo al completo de la entonces ministra Ana Pastor en Madrid, cuando se puso sobre la mesa, porque era la línea directa para ir a Madrid en tren y porque permite el recrecimiento de la presa, que nos garantiza tener ahí 180 hectómetros cúbicos. Con esa cantidad que podríamos almacenar tendríamos solventado cualquier momento como el que estamos viendo. En el caso del aeropuerto sí que hay que señalar. Es inaceptable simple y llanamente. Creo que el aeropuerto se convirtió desde el entendimiento de la sociedad en una tomadura de pelo por parte de los gobernantes, y lo que hay que hacer ahora es desmontar esa tomadura de pelo y hacerlo que sea real.

¿Cree que era necesario?

Si hubiera que construirlo hoy, yo como presidente de CROEM no lo recomendaría, pero no estamos en esa hipótesis, puesto que es una realidad, y el aeropuerto está terminado, es fenomenal y está bien dimensionado, por lo que tiene que abrirse lo antes posible. Desde CROEM hemos trabajado y seguimos trabajando junto con el Gobierno de la Región y le transmitimos todas las alternativas y las vías posibles. Incluso hemos trabajado para saber qué empresarios podrían optar desde la Región a explotarlo. El presidente de la Comunidad conoce todo esto, lo que conoce el consejero de primera mano, y yo confío en que ahora se haya llegado a un punto de inflexión en el que todo lo que pueda ocurrir se torne cada vez más positivo. Aunque ha habido una empresa concesionaria, Aeromur, que ha podido tener sus fallos, creo que aquí hay una culpabilidad conjunta, de la que nadie puede excluirse. Pero ahora hay que olvidar eso y trabajar en la apertura, para tener un aeropuerto que pueda ser multiusos y que pueda dedicarse también a la exportación, un sector potentísimo en la Región, que ahora tiene que utilizar aeropuertos como el de Álava o de Ámsterdam para enviar productos perecederos. Además, en dos años y medio hemos tenido cinco cambios en la consejería de Fomento.

Cuando habla de la responsabilidad de los políticos, a quién se refiere?

Me refiero al gobierno o a los gobiernos que han tenido la posibilidad de acelerar todo esto. Creo que ha faltado mucha comunicación con Madrid y, sobre todo, peso e influencia. Eso es algo que todos conocemos. Murcia ha tenido muy poco peso específico en Madrid, hemos sido ninguneados en muchos momentos y eso nos ha llevado a que expectativas que teníamos en materia de infraestructuras no han salido adelante, sino que nos han tratado como de segunda división e incluso de tercera. Nosotros estamos apoyando al Gobierno para que nos coloquemos en la primera división que merecemos. Murcia es la séptima capital de España y la comunidad tiene un peso específico en la economía impresionante. Este presidente regional está girando la mirada a Madrid, está mucho más presente y tiene una capacidad de trabajo impresionante. A la larga va a ser positivo, no solo para el aeropuerto sino también para la Alta Velocidad. Por cierto, ha sido él quien ha dicho que en 2017 la Alta Velocidad estará en Murcia. Nosotros no damos fecha, estudiaremos y analizaremos los presupuestos del Estado y ahí veremos si va a llegar a Murcia, y entre uno y dos años después puede estar llegando a Cartagena.

¿No cree que llegue el AVE a la ciudad de Murcia en 2017?

Está a cuatro pasos, pero falta ver si la ejecución de la obra, que está en marcha, se puede pagar, se puede acometer y se puede terminar, porque eso tiene que estar recogido en los Presupuestos Generales del Estado.

Al escucharle da la sensación de que actúa como ´Supernanny´, poniendo deberes a todo el mundo y controlando su cumplimiento en Madrid y en el Gobierno regional.

Creo que es mi obligación. Creo que es la obligación del presidente de los empresarios estar muy atento a cuáles son los movimientos de su comunidad autónoma y también extrapolarlo al Gobierno de la nación en la defensa de los intereses de los empresarios y de las empresas de la Región. Eso está más claro que el agua. Soy una persona impulsiva y muy trabajadora y cuando me marco unos objetivos, hago un seguimiento muy especial, estoy muy encima de los problemas o las ventajas que puedan surgir. Estoy contento de ver que hay muchas cosas que han ido saliendo a propuesta de la Confederación y otras que están encima de la mesa. Creo que los consejeros y el Gobierno están para trabajar por los murcianos y, por supuesto, también por los empresarios. Me enorgullece ver que cuando pasamos alguna propuesta o hacemos algún seguimiento específico eso cala en la sociedad. La sociedad debe verlo así, por eso es muy importante que se les reconozca a los agentes sociales, incluidos los sindicatos, que tienen un peso específico en la sociedad.

¿La sociedad civil tendría que haber hecho también esa labor de ´Supernanny´ con los políticos para controlarles los deberes?

Estoy de acuerdo. Creo que ha habido momentos en que debería haberse inmiscuido un poco más. Es cierto que bien por comodidad o por ignorancia o por no querer remover, muchos segmentos de la sociedad siguen callados y parece que aquí todo vale.

¿El seguimiento que se está produciendo en Camarillas se puede trasladar a otros proyectos?

Camarillas es buen ejemplo. El dinero está ahí y como miembro del consejo de administración del Puerto de Cartagena, que va a pagar el proyecto, sé que el anticipo a cuenta de las obras está ahí. Es el espejo en el que nos podemos mirar. Creo que puede ocurrir también en la Alta Velocidad y en el aeropuerto para que abra lo antes posible. Tengo la intuición, además, de que habrá empresarios murcianos en Corvera.

Y después de ver cómo funcionan las cosas desde la sala de máquinas, ¿no le tienta entrar en política y gestionar esos proyectos directamente?

Ni he sido político, ni soy político ni aspiraré nunca a ningún cargo político, nunca. No me seduce la política y no creo que esté hecha para mí, porque yo no valdría para ser político.

¿Teme que el presidente de la Comunidad acabe siendo imputado y se abra una etapa de inestabilidad en la Región?

Por encima de todo debo mostrar mi máximo respeto a la Justicia, puesto que son los jueces quienes tienen que valorar y decidir si imputa o no. En cualquier caso, yo he hablado con el presidente de este tema y tengo la tranquiladad de que me ha transmitido que se encuentra en una situación de limpieza absoluta. Otra cosa es lo que después dictamine un juez, que habrá que respetarlo al cien por cien. España está viviendo una época en la que los casos de corrupción son el día a día y estamos todos un poco hartos de que esto siga pasando, cuando los españoles hemos dicho que ante la corrupción hay que tener una tolerancia absolutamente cero, y yo me sumo. Reconozco que no es lo mismo meter la pata que meter la mano, eso lo sabemos todos. Si no hay nada más allá de una metedura de pata, habrá que ver cómo se puede solventar, pero ante la corrupción, que se pague con una inmediata dimisión; y si se ha metido la mano, que se devuelva inmediatamente y que se restituya y que luego se cargue con la condena impuesta. Si alguien ha robado un millón de euros, que lo devuelva, y si tiene que entrar en la cárcel, que entre.

¿Cree que se podrán evitar evitar las terceras elecciones?

Yo les preguntaría a los políticos de primera línea en quién piensan cuando se plantea formar un gobierno en la nación, en su persona o en lo que debe hacerse para que el país salga adelante. La clase política debe pensar que están ahí en las proporciones que le corresponde a cada uno para cumplir con el mandato que se le ha otorgado de trabajar por y para el conjunto de España. Mientras tengamos voces discrepantes, sean independentistas o no, esto no será nunca un país. Lo primero que necesita España es un gobierno, quiero pensar que habrá gobierno en octubre, lo contrario sería enseñarle el camino a los primeros espadas de los partidos para que no se presenten, porque no valen.

En el caso de Rajoy, que está tan tocado por los casos de corrupción que implican al PP, ¿cree que debería tomar otro camino?

Creo que Rajoy, una vez que pase este mes, con la solución que se produzca, haya gobierno o no, como es una persona muy inteligente, -he tenido la oportunidad de estar con él en varias ocasiones-, seguro que pensará y propondrá cuál va a ser su futuro en la política española.

El rector de la Universidad de Murcia dice que quiere entrar en la CROEM para tener el mismo apoyo que le está dando a la UCAM en la disputa por las prácticas de Medicina.

Lo único que puedo decir es que las dos universidades están condenadas a entenderse, puesto que las dos son complementarias, compatibles y pueden dar mucho a esta Región, como lo están haciendo hasta la fecha. Dicho esto, defiendo a ultranza que todos los derechos sean los mismos para todos los estudiantes y para todas las universidades y todas las instituciones. CROEM ha sido a lo largo del tiempo un grandísimo aliado de la UMU y lo va a seguir siendo, de igual forma que seguirá siendo un defensor y un aliado de la UCAM como afiliada a esta organización. Parece que el conflicto va a acabar en los tribunales. Es posible. Vamos a ver si no llega a eso, pero sería porque las dos partes son muy cerriles, no una u otra.

¿Se ha planteado intervenir en la disputa o mediar de alguna forma?

Si en un contencioso o en un litigio no judicial yo tuviera la ocasión aquí en CROEM de

que alguien me echara un cable y articulara la fórmula para desbloquear esa situación, yo lo aplaudiría. Lo que ha hecho siempre CROEM ha sido, a petición de los padres de alumnos de la UCAM, desbloquear una situación que está enquistada y que no beneficia.

Le preocupan las consecuencias que pueda tener el Brexit en la Región.

Sí que es preocupante, no de forma inmediata, pero sí a medio plazo. Evidentemente, las exportaciones de la Región al Reino Unido son importantísimas. Tenemos 500 empresas de todos los sectores que están exportando al país. Aunque el agroalimentario es el número uno, también hay exportaciones del sector químico y petroquímico o del cárnico. Y en este momento la libra esterlina vale un 16% menos que valía en el momento del Brexit. No hay que estudiar mucho para percibir que esto tiene un impacto negativo bestial, porque nos hace ser mucho menos competitivos. El problema, además, es que hay otros países que están al acecho y que van a querer apropiarse esas operaciones. Vamos a ver también cómo se va comportando el turismo a partir de principios del próximo año y cómo van llegando las reservas para la campaña de abril a septiembre y, sobre todo, para el verano. Supondría una merma de la actividad.