Querían armarla y lo consiguieron. Alrededor de cuatro mil agricultores y trabajadores llegados del campo de Cartagena y del Valle del Guadalentín principalmente, tomaron ayer las calles de Murcia en una protesta sin incidentes pero que colapsó la ciudad. Con ella, dejaron claro que las promesas y actos del ministerio de Agricultura -como prorrogar el decreto de sequía- no se traducen en agua «inmediata» y, por lo tanto, no son suficientes.

«Agua, ya», fue la consigna más coreada entre las centenares de personas que se congregaron en la plaza de Fontes, sede de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), para hacerse oir. Y ruidosos fueron durante las tres horas que duró la concentración.

«Estamos dispuestos a todo, ya no nos sirven las promesas que nos dan año tras años», comentó Lola, llegada de Totana.

Junto a los agricultores, pequeños y medianos, y a los empresarios, se manifestaron los trabajadores del campo, visibles muchos de ellos por llevar vistosos chalecos de colores de su empresa. «Aquí estamos porque queremos seguir trabajando; queremos ayudar a nuestro jefe», comentó a esta Redacción Moriba Traore, un ciudadano de Mali que lleva trabajando en la Región durante los últimos 8 años. Siempre en Torre Pacheco. «Por eso también pedimos agua», concluyó.

La protesta fue convocada por las organizaciones agrarias Asaja, Coag y Upa, y por federaciones de cooperativas Fecoam y Fecamur, y por las organizaciones de productores Apoexpa y Proexport.

No estaba, oficialmente, la patronal Croem, pero sí estaba apoyada, pese a lo que comentó días atrás el presidente de la patronal José Mª Albarracín, el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Scrats. «No somos convocantes pero sí la apoyamos y por eso estamos aquí», dijo el presidente de los regantes del Campo de Cartagena, Francisco Sáez, quien recordó que ellos cultivan más de 40.000 hectáreas: «Sin pozos y sin agua del Tajo, estamos muertos».

Junto a él estaba el expresidente de Murcia, Alberto Garre: «Yo apoyo a los agricultores, como siempre, y hay suficientes razones para estar aquí y para reclamar un pacto nacional por el agua». El expresidente subrayó que «no tenemos que mirar a Castilla-La Mancha; ellos defiende lo suyo, como nosotros», añadiendo que le corresponde al Gobierno de la nación solucionar este problema.

Los convocantes leyeron, ante los concentrados en la sede de la CHS, un manifiesto en el que subrayaron que «no podemos considerar un avance cuestiones que ya estaban descontadas, como la cesión de derechos de agua entre regantes o la simple prórroga del decreto de sequía». Y enumeraron cuatro demandas para poner en marcha de forma «inmediata»: La regularización de los más de mil pozos de sequía y desalobradoras del Campo de Cartagena y la recogida y tratamiento de sus vertidos; pleno rendimiento de las desaladoras de Torrevieja, Valdelentisco y Águilas; apertura de los pozos de sequía de la cuenca del Segura; garantía de un aporte extra de entre 70 y 80 hm3 de agua.

«Esta protesta no es un capricho, es una necesidad», apuntó Vicente Carrión de Coag.

«No somos delincuentes, queremos seguir siendo agricultores», dijo Marcos Alarcón de Upa, en referencia a las acusaciones contra los agricultores de ser los «responsables exclusivos» de la degradación del Mar Menor.

«Debemos transmitir confianza a nuestros clientes para que no duden de que podremos cumplir los contratos», apuntó Javier Soto, vicepresidente de Proexport.

Mientras, más de 500 tractores y 150 camiones llegados desde el Valle del Guadalentín y el Campo de Cartagena recorrieron durante toda la mañana las principales calles de Murcia, hasta que se dio por concluida la protesta, pasadas las 2 de la tarde.

Además, En plaza de Belluga, con la catedral de fondo, los agricultores repartieron entre los ciudadanos 3.500 kilos de pimientos, calabazas, lechugas y limones.