Investigadores de Los Alamos National Laboratory, el Instituto Geológico y Minero de España, FutureWater, École Polytechnique de Montréal y la Universitat Politécnica de Cataluña advierten de que los impactos ambientales más destacables sobre el sistema hidrológico Campo de Cartagena-Mar Menor son «la contaminación por nitratos en el acuífero superior y los problemas de eutrofización del Mar Menor, la sobreexplotación de acuíferos inferiores, la contaminación cruzada a través de sondeos y el drenaje ácido de minería».

Para paliar estos impactos sobre el sistema hidrológico, proponen «una gestión integrada de todos los recursos hídricos, lo que implica, fundamentalmente, la inclusión de los recursos hídricos subterráneos en las estrategias de planificación y gestión».

Así lo manifiestan en un artículo publicado en la revista científica Environmental Reviews en el que hacen una revisión de los impactos y las alternativas de mitigación, donde se muestra un especial interés en el papel fundamental que las aguas subterráneas juegan en el binomio Campo de Cartagena-Mar Menor.

Los expertos consideran que el uso conjunto de recursos podría reducir los riesgos sobre los usuarios, en su mayoría agricultores, especialmente en periodos de sequía, así como los impactos sobre la laguna, «dado que el Campo de Cartagena-Mar Menor es un binomio inseparable».

Para mitigar los que sufre el Mar Menor sugieren múltiples acciones de mejora en la gestión del agua, incluyendo la posibilidad de intersectar los flujos subterráneos para reducir la entrada de nutrientes y contaminantes. Y es que, alertan, «la presión ejercida por el hombre se está viendo fuertemente incrementada en las últimas décadas, poniendo en riesgo el mantenimiento y la provisión de una amplia gama de servicios ecosistémicos relacionados con el agua». Presiones e impactos asociados «más evidentes en las zonas áridas y semiáridas, dada la escasez de agua».

Presiones

Los investigadores entienden que las principales presiones sobre el sistema hidrológico local son «el desarrollo intensivo de la agricultura y el turismo, junto con la industria minera en el pasado (distrito minero de Cartagena-La Unión), mientras que los impactos ambientales asociados son el déficit hídrico (28% del agua que se consume no es renovable), la contaminación cruzada de acuíferos, el drenaje ácido de minería y la eutrofización del Mar Menor».

Para el caso particular de las aguas subterráneas, las principales medidas de mitigación incluyen la reducción de las extracciones, la mejora de las prácticas agropecuarias para reducir la contaminación agrícola y ganadera, y el sellado de pozos abandonados para evitar la contaminación cruzada entre acuíferos, todo basado en un «exhaustivo» inventario y control de captaciones.