Septiembre es el mes de las segundas oportunidades. La sensación arraigada del comienzo de un nuevo 'curso' hace que de manera insconsciente sea ésta una de las fechas elegidas para intentar enmendar errores y, en suma, vaciar de una vez por todas la 'mochila' de malos hábitos. Realizar ejercicio físico, hacer dieta, apuntarse a clases de inglés son algunos de los objetivos marcados en esta nueva hoja de ruta en blanco. Pero sin duda, dejar de fumar se perfila para muchos como un propósito cuyos trazos iniciales son difíciles de esbozar.

En relación al deseo postvacacional de desengancharse del tabaco, Sofía Gil Guerrero, directora del Centro MindUp Psicólogos, asegura que «la necesidad que tienen muchas personas por empezar a introducir cambios en su vida diaria tras las vacaciones repercute en el aumento de consultas que recibimos solicitando orientación y asesoramiento psicológico para ello». No obstante, según la psicóloga, la motivación es el verdadero motor y para que realmente la persona pueda dejar de fumar definitivamente «es imprescindible que se encuentre comprometida con el cambio y dispuesta a seguir las recomendaciones terapéuticas».

En esta misma línea coincide el doctor José María García Basterrechea, Jefe de la Unidad de Desintoxicación Hospitalaria del Hospital General Universitario Reina Sofía, quien apunta que cualquier momento es bueno para deshabituarse aunque «si dejar de fumar no ha sido una decisión meditada, no funcionará», y por ello «es necesario que seamos conscientes de lo que vamos a ganar para que esto actúe de luz al final del túnel», subraya el facultativo.

La pérdida de control determina de manera esencial hablar o no de adicción. Y ello, según Gil, puede apreciarse en «aquella persona que es fumadora y no puede controlar por sí misma la cantidad de cigarrillos que fuma, a pesar de las consecuencias destructivas y perjudiciales para la salud que se derivan del consumo». Vencer y dejar atrás la nicotina no es tarea fácil. No obstante, una vez conseguido, la dependencia física a la nicotina dura aproximadamente no más de tres semanas; sin embargo, «durante el tiempo que se ha estado fumando se han adquirido una serie de hábitos que deberán modificarse con ayuda de las técnicas conductuales que los profesionales de la psicología ponemos a disposición», asevera la especialista.

Un hábito adquirido, como cualquier otro, que es modificable pese a que a muchos fumadores tal idea les parezca inalcanzable. De hecho, «el cerebro es mucho más maleable de lo que creemos», tal como apuntaba William James (1890), uno de los padres de la psicología moderna, quien introdujo el concepto de 'plasticidad del sistema nervioso'. Según su teoría, el cerebro humano tiene la flexibilidad suficiente como para aceptar nuevos hábitos, sin embargo, no le gusta ceder de inmediato. Así pues, la ayuda profesional aumenta con creces las posibilidades de dejar el tabaco.

Lo que para muchos fumadores es un acto automático, el reflejo impulsivo de encender un cigarrillo, es la causa oculta detrás de numerosas afecciones que cada año traen consigo la muerte de unas 6 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tabaco es la primera causa de muerte prematura en el mundo, pues de este hábito se derivan las enfermedades más mortíferas en el mundo, en particular las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el cáncer pulmonar.

Descenso de fumadores

Se estima que en la Región de Murcia unas 340.000 personas consumen tabaco diariamente, lo cual sitúa la prevalencia de personas fumadoras en un 28,4%, según datos de la Encuesta Europea de Salud en España de 2014. Un 50% de la población murciana se declara no fumadora, mientras que el porcentaje de exfumadores se sitúa en el 21,6%, cifra inferior a la media nacional (25,7%). Según la evolución entre la última encuesta (2014) y la anterior (2009), se observa que con el paso de los años se ha dado un ligero descenso de personas que se declaran exfumadoras, así como de porcentaje de población que se declara fumadora. Este descenso de fumadores se distribuye de manera desigual entre ambos sexos, siendo el descenso superior en el caso de los hombres (cae el consumo casi en 9 puntos), mientras que en el caso de las mujeres se identifica un ligero incremento (aumenta el consumo casi en 2,5 puntos).

Asimismo, según datos del último boletín epidemiológico de Murcia, el cáncer de pulmón (principal afección que causa el tabaquismo), provoca que cada día se diagnostique más de un caso de cáncer de pulmón en hombres, mientras que en el caso de las mujeres se diagnostica cada 5 días.