El presidente de la CROEM, José María Albarracín, que preside también la Mesa del Agua, en la que están representadas las organizaciones de agricultores y regantes, además de la patronal, las cámaras de comercio y los colegios profesionales, es partidario de aplazar las protestas para pedir agua a Madrid hasta que haya nuevo Gobierno. Albarracín trata de apaciguar los ánimos de las organizaciones que el lunes se reunieron con la directora general del Agua del Ministerio, Liana Ardiles, quienes pretendían salir a la calle a mediados de septiembre para reivindicar el riego de socorro que consideran inaplazable. No obstante, como presidente de la Mesa del Agua, admite que si fracasa la investidura de Mariano Rajoy y fuese necesario seguir esperando durante meses para tener un interlocutor solvente, no quedaría más remedio que convocar las movilizaciones. «En ese caso habrá que plantar cara y decir que hasta aquí se ha llegado, pero hay que ir de la mano del Gobierno de la Región», precisó José María Albarracín.

Los representantes de la Federación de Cooperativas Agrarias (Fecoam), Coag y UPA daban por hecho que la Mesa del Agua se reuniría la próxima semana, nada más empezar el mes de septiembre, para convocar una protesta en Murcia o en Madrid para mediados de mes.

Sin embargo, José María Albarracín manifestó ayer que no podrá estar en Murcia hasta la segunda semana de septiembre, lo que obliga a aplazar la Mesa del Agua. Dejó claro igualmente que será este órgano el que debe decidir las actuaciones a seguir, de acuerdo con las propuestas de las organizaciones e instituciones que la integran.

Sin embargo, las tres organizaciones que el lunes se entrevistaron con la directora general del Agua para tratar de conseguir un riego de socorro han convocado una asamblea de agricultores para esta tarde en la cooperativa Soltir de Torre Pacheco, con la pretensión de ir preparando las movilizaciones, dado que después de cuatro horas de reunión, tan solo consiguieron el compromiso de que se prorrogará el decreto de sequía hasta 2017. Esto se traduce en una rebaja del agua desalada y de ciertas obligaciones que tienen los regantes, además de bonificaciones fiscales, pero no garantiza ninguna aportación adicional que compense el cierre de los pozos del Campo de Cartagena que se ha impuesto con el sellado de las conducciones de salmuera.

Mientras que la Federación de Cooperativas Agrarias, Coag y UPA trataban de arrancar al Ministerio un trasvase de socorro para salvar las plantaciones de árboles del Campo de Cartagena y del Guadalentín, Asaja se reunía con los agricultores de Toledo para reivindicar un Pacto del Agua y el Sindicato Central de Regantes del Acueducto se mantiene al margen de los movimientos de las tres organizaciones. A su vez, Coag se reunió ayer con dirigentes socialistas, encabezados por Rafael González Tovar, su secretario regional. Durante este encuentro, reiteraron la urgencia del trasvase y aseguraron que hay 12.000 puestos de trabajo en peligro.

Por su parte, la consejería de Agricultura estuvo representada en la reunión con Liana Ardiles por un técnico, pero no asistió ningún responsable político del departamento de Adela Martínez-Cachá.

Ante las señales de distanciamiento entre los agricultores representados en la Mesa del Agua, Albarracín niega que haya ningún tipo de «división» y asegura que sigue existiendo unanimidad, a pesar de «la hiperactividad de las organizaciones agrarias».

Afirma que se mantiene «la unidad y la fortaleza» entre los integrantes de la Mesa que preside y apuesta por seguir contando con «el Gobierno regional y el de la nación». A su juicio, la situación creada en este momento es fruto de «la incertidumbre» que genera la interinidad de un Gobierno en el que «nadie toma decisiones», por lo que apeló a la responsabilidad de los partidos políticos para salir del ´impasse´. Apuesta por «negociar, hablar y presionar para alcanzar un acuerdo» que permita tener un gobierno en La Moncloa lo antes posible. «Si a corto plazo no lo hay», considera que no habrá más remedio que exigir soluciones a los partidos para que «llegue agua a la Región».