Ecologistas en Acción anunciaron ayer que denunciarán ante la Comisión Europea al Gobierno Regional por la roturación de la Marina del Carmolí, en relación con las obras para la construcción del salmueroducto que pretende desviar los vertidos de la rambla del Albujón hasta la deputadora de aguas de Cabo de Palos. Los motivos jurídicos que argumenta la confederación ecologista es que esta misión no cuenta con el pertinente estudio de repercusiones sobre espacios Red Natura 2000, «y, de hecho, no cuenta con licencia alguna: ni la de Confederación Hidrográfica del Segura, ni del ayuntamiento de Cartagena».

Para la organización ecologista «es inaudito que la consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá, que es quien debe velar por el cumplimiento de la legislación ambiental y por la protección de los espacios naturales de la Región de Murcia, se haya personado en unas obras que afectan directamente a un área protegida y que no cuentan con licencia».

Sin embargo, de la denuncia subyace un segundo mensaje para la consejera: «Ecologistas en Acción advierte a Martínez-Cachá de que, después de 20 años de absoluto descontrol agrícola, urbanístico y turístico, y de haber desoído una y otra vez las recomendaciones de la comunidad científica, la grave situación que atraviesa el Mar Menor no se puede solucionar con cuatro ocurrencias, sin consenso científico y social, y cometiendo ilegalidades amparadas en la urgencia: ni roturar espacios Red Natura 2000 sin evaluación ambiental, ni verter ilegalmente salmueras cargadas de nitratos al Mar Mediterráneo son justificables».

Y es que, desde Ecologistas insisten en que «solo se está intentando resolver una parte del problema», la relativa a los vertidos de salmuera, que aseguran «suponen sólo la mitad de la entrada de nutrientes al Mar Menor». «La contaminación no viene solamente del vertido directo, sino también de la llegada de nutrientes a través de las escorrentías de las lluvias, y a éstas solo se les puede hacer frente estableciendo barreras físicas», insisten. Ecologistas proponen aplicar una serie de setos y filtros verdes a diferentes escalas y niveles en toda la cuenca de drenaje al Mar Menor, y recuperar y ampliar superficie de humedales ribereños, como, precisamente, el del Carmolí.

En este sentido, Ecologistas en Acción recuerdan que todavía hay en el Campo de Cartagena más de 20.000 hectáreas de regadíos ilegales, unas 2.000 desalobradoras ilegales, y un número indeterminado, pero muy alto, de pozos ilegales, «algo inaudito cuando esta actividad afecta gravemente al siete veces protegido Mar Menor, y tras haberse declarado hace años la zona como Contaminada por nitratos y el Mar Menor sensible a dicha contaminación».

Por todo ello, exigen «al Gobierno Regional, al Ministerio y a los ayuntamientos que se tomen en serio este grave problema ambiental con evidentes e importantes repercusiones económicas y sociales, y que se trabaje de forma coordinada, con el consenso científico y social necesarios».