Greenpeace ha alertado hoy de que la reactivación del plan del Ayuntamiento de Cartagena para urbanizar Cala Reona, junto al Parque Regional de Calblanque, puede contribuir a la destrucción de la costa mediterránea, así como del "exceso de congestión o carga sobre los ecosistemas", que puede llevar al "colapso como el que se ve ya en el mar Menor".

Greenpeace ha hecho un análisis de los daños en el litoral español basándose en el informe presentado por el Observatorio de Sostenibilidad (OS), realizado gracias al Instituto Geográfico Nacional (IGN), con datos recogidos por el proyecto CORINE Land Cover (Coordination of Information on the Environment), CLC, dirigido por la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA).

Según el documento de OS, es la primera vez que se presentan a la sociedad estos datos sobre la "transformación de la costa española desde 1987 hasta 2011", y que desde entonces no han variado excesivamente ya que debido a la crisis "las nuevas edificaciones o transformaciones en la costa han sido relativamente escasas" en los últimos años.

Los autores del informe de OS, Raúl Estévez, Fernando Prieto y Carlos Alfonso, apuntan "como principales resultados que si bien existen una gran diversidad de situaciones en el litoral, y en concreto respecto a su transformación en superficie artificial", hay cuatro factores "muy preocupantes" para la sostenibilidad a medio y largo plazo.

La velocidad a la que se produce el proceso, es decir que entre 1987 y 2011 "se haya construido (como media) el 30 % de todo lo construido en la franja de dos kilómetros desde el inicio de la Historia".

La "gran magnitud" del proceso, "la línea de costa en los primeros 500 metros alcanza límites preocupantes" ya que en algunas provincias "la artificialización" alcanza porcentajes altos como en Málaga con un 81 % o en Valencia con el 67 %.

El tipo de modelo, basado en el turismo, que presenta "graves riesgos" por el volumen de visitantes que arroja "cifras récord".

Y por último, la "desaparición de ecosistemas naturales" de "gran interés ecológico que han sido transformadas en zonas artificiales".

Todo ello, señala, "arroja riesgos como la producción de residuos, el consumo de agua, los vertidos", agravado por la "fuerte estacionalización" que producen un "exceso de congestión o carga sobre los ecosistemas" que pueden llevar al "colapso como el que se ve ya en el mar Menor".

Los autores proponen la "creación de reservas de suelo para el futuro" lo que conllevaría "la paralización de la artificialización en la primeras franjas de costa", además, la "restauración, creación y expansión de ecosistemas naturales del litoral.

Tras el análisis del informe, Greenpeace añade su preocupación por proyectos como las Salinas de Roquetas de mar y la Ribera de Algaida en Almería; el proyecto de Gas Natural en el Parque Nacional de Doñana y la proyección de una refinería iraní en el Parque de las Marismas del Odiel y el Tinto o la Bahía de Algeciras.

También preocupan a Greenpeace, la Ciudad del Surf en Tarifa (Cádiz) de Metrovacesa; dos planes para dotar a dos playas naturales de la costa de Mogán (Gran Canaria) de diques sumergidos, hamacas y sombrillas por los que pugnan dos empresas hoteleras.

Así mismo, la proyección de un hotel de lujo en la playa de La Tejita (Tenerife) o la reactivación del plan para urbanizar Cala Reona.

Y por último, la construcción de un centro comercial en Ses Fontanelles sobre un humedal costero muy amenazado en Palma (Mallorca) con el levantamiento de la moratoria urbanística, o el nuevo "BCN World" en Tarragona, en el supuesto abandonado proyecto de Eurovegas que cambia de nombre, según Greenpeace.