Para muchos, el deseo de adoptar responde a la última posibilidad de ser padres. O simplemente a la ilusión por vivir otra forma de 'hacer familia'. La realidad de los últimos años es que la práctica imposibilidad de adoptar en España ha hecho que muchas personas se decanten por buscar en el extranjero. Sin embargo, las cosas ahí afuera son algo más complejas, pues hablamos de normas y mecanismos judiciales y administrativos que implican a dos países con diferente legislación. En definitiva, estamos ante una ilusión, la de la adopción, que puede tornarse en un proceso largo, costoso, complejo y plagado de incertidumbres.

El desaliento es tal que el número de solicitudes de adopción ha caído en la Región de Murcia en más de un 80% en la última década, pues si en 2005 un total de 187 familias rellenaron el impreso de solicitud de adopción internacional, el año pasado se presentaron 31, según datos del ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSI) y la consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades. Asimismo, durante el primer semestre de 2016 se han recibido 20 solicitudes.

Los países donde más expedientes se han tramitado en la Región han sido Bulgaria y Nicaragua, cuya demanda se ha mantenido también en años anteriores, mientras que China es el país que más solicitudes ha recibido para llevar a cabo adopciones de niños con características especiales. Etiopía ha sido durante años el país más demandado desde la Región, pero en el 2012 se paralizó el envío de nuevos expedientes hasta resolver los tramitados y aún no se ha reanudado la posibilidad de tramitar solicitudes nuevas.

Así pues, el primer paso para una adopción internacional es básicamente el mismo que para la nacional. Los futuros padres adoptivos deben rellenar la solicitud y participar en una sesión informativa sobre los aspectos que configuran la adopción. A partir de ahí, se inicia un procedimiento de valoración de la idoneidad de los padres, para el que es necesario asistir a una serie de reuniones con un psicólogo y un asistente social para realizar un estudio psicosocial. Este estudio puede llevarse a cabo por los propios servicios sociales de protección de menores (sin coste alguno, pero con un tiempo de espera a ser llamado de entre seis meses y un año) o pueden optar por acudir a la Asociación Albores, acreditada para la valoración de la idoneidad (conlleva un coste, pero es un procedimiento más ágil). Este primer paso, el de valorar si un solicitante es idóneo o no, es uno de los más temidos por las familias, no obstante, según los últimos datos aportados por el MSSI, en la adopción internacional, el 96% de los certificados de valoración de la idoneidad emitidos son en sentido positivo.

Una vez obtenida la idoneidad, el trámite del expediente completo puede ser realizado a través de una entidad colaboradora de adopción internacional (ECAI) o bien directamente a través del ministerio de Sanidad. Estas entidades mediadoras son entidades privadas acreditadas tanto por las comunidades autónomas españolas como por el país de origen para tramitar adopciones.

De entre aquellas familias que presentaron solicitud de adopción en los últimos dos años en la Región (unas 90 en total), 80 de ellas están aún a la espera de la asignación definitiva y aún quedan 50 por valorar. Pero desde la Consejería apuntan que los plazos que van desde la solicitud hasta la asignación pueden dilatarse unos dos o tres años y, por tanto, «están dentro de lo normal, ya que es lo que recoge la Ley». Respecto de la espera total -esto es, el tiempo que transcurre hasta que la adopción es firme y los padres pueden abrazar a su pequeño-, matizan que «es un dato difícil de precisar», aunque la experiencia de muchos padres constata que la espera puede alargarse hasta los ocho años.

Y es que los factores que pueden intervenir en la dilatación de este proceso son muchos. La sensación es que las trabas van en aumento y, en parte, los expertos apuntan a que esto encuentra su explicación en la ratificación del Convenio de la Haya, el cual vela por el interés y el cuidado del menor al tiempo que endurece los requisitos para la adopción.

Asimismo, los especialistas aducen que entre las claves del derrumbe en el número de adopciones se encuentran las dificultades propias de cada Estado, ya sea por razones políticas o religiosas. O, simplemente, porque hay países que van mejorado sus economías y perfeccionando sus estructuras de protección social. En suma, a medida que mejoran las condiciones económicas en los países de origen, el número de niños ofrecidos en adopción se reduce.

Todas estas barreras perjudican no solo a las familias aspirantes a la adopción, sino que se extienden también a las propias entidades colaboradoras de adopción internacional. En el caso de la Región de Murcia, el número de organismos autorizados en el proceso adoptivo está disminuyendo y, según datos del centro regional de estadística de Murcia, se ha pasado de contar en 2014 con 27 entidades a 21 en 2015. Cabe señalar que, según los últimos datos aportados por el MSSI, Murcia es una de las comunidades que más expedientes tramitan por entidad pública, mientras que la tendencia en la mayoría de comunidades autónomas es la tramitación a través de las ECAI.