­¿Sabías que la cerveza es uno de los productos más antiguos de la civilización? Este ´oro líquido´ es conocido en todo el mundo, y podemos llegar a pensar que su fabricación debe ser muy costosa y complicada. Pero nada más lejos de la realidad, ya que cada vez son más las personas, y en concreto los murcianos, que han decidido pasar de la cerveza industrial y crear la suya propia. Para ello únicamente se necesita agua, cebada, lúpulo, levadura y muchas ganas. Bueno, aunque también se necesitan unos cuantos aparatos más; una olla grande, una nevera de camping o un frigorífico, una licuadora para triturar bien los ingredientes, un termómetro, un recipiente con tapa, un tubo largo de cobre, dos metros de manguera y un desímetro (instrumento que sirve para medir la densidad).

En la Región están apareciendo cada vez más empresas, que aunque por el momento son pequeñas, están trabajando a diario por que su cerveza artesanal se haga un hueco en el mercado. Este es el caso de Gamus, Cañonita y Canana.

Gamus es una empresa de Jumilla, que desde 2012 se dedica a la fabricación y a la distribución de su marca. «Aunque ya llevábamos dos años elaborando nuestra cerveza artesanal, no fue hasta este año cuando decidimos dar un paso más y crear nuestra propia empresa, ya que tenía mucha acogida entre nuestros familiares y amigos» indica Silvio Crespo, copropietario de Gamus. Éste asegura que uno de los motivos que también le empujaron a llevar a cabo este proyecto es que tanto él como su socio se encontraban atravesando una mala situación económica y «pensamos que podíamos convertir nuestro hobby en una salida ante la situación tan complicada que vivíamos».

En cambio, José Gonzalbes, uno de los propietarios de Cañonita, empresa de Caravaca de la Cruz, no fue el fundador de la marca, sino que junto con sus socios la adquirió. «Los anteriores propietarios y fundadores de Cañonita nos pidieron que nos hiciéramos cargo de ésta, ya que ellos, aunque habían creado un buen producto, no sabían darlo a conocer. José Miguel Salazar, Javier Puerto y yo nos dedicamos al mundo del marketing online, por lo que creyeron que seríamos capaces de sacar lo mejor del producto en el que tanto habían creído y trabajado», apuntó.

Propietarios de Cañonita junto a un cliente, en Caravaca de la Cruz.

Canana, situada en Cartagena, no solo produce sino que posee un local que ha recibido un premio de una revista estadounidense por su decoración e interiorismo, donde se pueden degustar las seis clases diferentes de cerveza que fabrican. «Mi mujer es microbióloga industrial y se encarga de todo el proceso de elaboración, mientras que yo atiendo tras la barra. Es algo que nos encanta y estamos muy contentos de que a la gente le guste y sobre todo de que vuelvan a repetir», apuntó su propietario, Damián Martínez Conesa.

Propietarios de Canana, empresa situada en la Aljorra, Cartagena.

Ambos propietarios de estas empresas coinciden en que no encontraron ninguna traba para comenzar sus proyectos y formar su marca, pero que es cierto que lo más difícil es atraer a nuevos consumidores. «La gente prefiere los productos a los que están acostumbrados y es costoso, a veces, probar cosas nuevas, pero en cuanto prueban este tipo de cervezas, por lo general, vuelven a repetir», aseguró Crespo.

El consumo de cerveza casera se ha incrementado notablemente en España, y podemos apreciar que cada vez son más las personas que demandan estos productos por encima de los convencionales e industriales, según un estudio realizado por la asociación de Cerveceros de España, junto con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

En este dato también coinciden los propietarios de las empresas citadas con anterioridad, que resaltan la idea de fomentar la «cultura de la cerveza» al igual que la del vino. «La cerveza artesanal no sirve únicamente para refrescar, sino que puede acompañar toda clase de comidas: desde el plato más sencillo al más elaborado», asegura Gonzalbes, mientras que Crespo resalta que «queremos hacer ver a los consumidores que esta cerveza casera puede estar a la altura de un buen vino».

Antonio Nicolás Martínez, gerente de Cervemur, empresa que se dedica a la distribución de bebida, asegura que «en los últimos cinco o seis años ha crecido mucho la demanda de este tipo de bebida. De haber una o dos microfábricas que se dedicaban a esto, ahora hay como diez o doce que elaboran cada uno un tipo de cerveza. Además no existe esa competencia por que cada una tiene unas características distintas», aunque asegura que esta aún no tiene un asentamiento dentro del mercado.

La principal diferencia de la cerveza artesanal y la cerveza industrial reside en su proceso de elaboración. Ya que esta última produce a alta escala y añaden productos para acelerar el proceso y así generar mucha más cantidad, mientras que la artesanal requiere de más paciencia y atención, pero como Damián Martínez asegura «la cerveza artesanal esta llena de amor y queremos que nuestros clientes lo sientan».

Como mecanismo para que más personas se unan a la fiebre por esta bebida artesanal, cada vez se celebran más ferias y eventos con esta temática, donde «los asistentes pueden degustar los productos que se fabrican en nuestra Región», asegura Héctor Pastor García, organizador de varias de estas reuniones y que anima a todo el mundo a «probar lo artesanal, porque después no podrán parar».

Viaje por la Historia

  • Nació en el 10.000 a. C. La cerveza es uno de los productos más antiguos de la civilización y los historiadores sitúan su nacimiento en el paleolítico superior.
  • En España. Se han encontrado restos de esta bebida en Soria que datan del año 4.000 a. C.
  • Fermentación. La primera evidencia de la transformación del trigo y la cebada para extraer el alcohol y ácidos orgánicos, fue en Egipto, cerca del 5.000 y el 3.100 a. C.
  • El Imperio romano. Los pueblos bárbaros eran considerados por los romanos como una civilización que consumía grandes cantidades de cerveza. Aún así, el consumo de esta bebida por parte de los romanos se incrementó.
  • Expansión por Europa. Carlomagno en el siglo IX fue uno de los mayores impulsores de la comercialización y la producción ordenada de la cerveza.
  • Las órdenes religiosas. Las órdenes religiosas comenzaron a producir su propia cerveza, ya que en esta época se consideraba que el agua de las fuentes y manantiales eran el foco de numerosas enfermedades, y esta bebida era menos dañina.
  • Edad Media. El consumo de la cerveza florece ya que era más barato que el vino y en Bélgica se comienza a perfeccionar el proceso de fabricación, ya que el clima frío de los países del norte de Europa favorece la producción de la cebada, y convierte estas zonas en grandes productoras.