A José Rodríguez aún le asombra la casualidad de ser el peregrino 100.000 de este año, «para mí es una ilusión más que agradable», confiesa.

Sin duda animaría a más gente a vivir esta experiencia a la que califica de más que gratificante.

Se queda con cada paso emprendido, con cada mirada, con cada persona a la que conoció durante el recorrido. Nos comenta con notable alegría que se lleva amigos del Camino.

Relata con ilusión el momento de la entrega de los obsequios y los regalos conmemorativos por parte del gerente del Xacobeo y el deán de la Catedrán de Santiago. «Un momento para recordar sobre todo por la familia y por los amigos» de los que no dejó de acordarse. «Animaría a más gente a vivir esta experiencia», comenta.

Su deseo; animar a su mujer y a su otro hijo a hacer el Camino. Aunque señala que juntar a toda la familia no siempre es fácil y a su mujer no le van mucho los albergues.

José Rodríguez lo tiene claro, «repetiría sin dudarlo esta experiencia», sentencia.