Una mujer sorda que se preparaba para presentarse a las oposiciones para ser profesora especialista en educación física ha presentado una reclamación ante la Consejería de Educación de Murcia para protestar por la falta de intérprete de lengua de signos durante el examen, pese a que se había notificado que la aspirante padecía discapacidad auditiva, según ha indicado la Federación de Personas Sordas de la Región de Murcia (FESORMU).

Según esta organización, la aspirante ya presentó una reclamación por la misma razón en 2014 y, este año, "había notificado su discapacidad y solicitado la presencia de intérpretes de lengua de signos" para el examen.

Sin embargo, la petición fue denegada y desde la Consejería de Educación, que ofreció a la aspirante "situarse en primera fila donde pudiera entender con nitidez las órdenes y comentarios del tribunal y que éstos estuvieran seguros de que la opositora los hubiera comprendido", y "ampliar su tiempo en 30 minutos por cada hora de la prueba oral", según FESORMU.

Los argumentos que dieron desde la Consejería, según explica, es que la prueba debía realizarse "con la máxima similitud a lo que serían las condiciones reales para un profesor especialista en educación física en su labor diaria".

Para la organización, la negativa a contratar un intérprete de lengua de signos constituye una vulneración de la ley que reconoce la oficialidad de la lengua de signos y de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

La Consejería de Educación y Universidades quiere señalar que:

  • La primera prueba de la oposición es escrita. Las dos personas con hipoacusia que se presentaron por esta especialidad se concentraron en el mismo tribunal. El tribunal en la que estaban ambas aspirantes conocía su situación y y facilitó en todo momento el desarrollo de la prueba en condiciones de igualdad con todos sus compañeros. La otra persona hizo su examen con normalidad. Las opositoras tuvieron las instrucciones por escrito, las mismas que se leyeron al resto de sus compañeros. Un miembro del tribunal es especialista en lengua de signos que le tradujo a esta lengua tales instrucciones, aunque las tenían por escrito. También tradujo las preguntas que se realizaron. La opositora en cuestión abandonó muy pronto el examen, con signos evidentes de nerviosismo. El tribunal le dijo que se tranquilizase y le ofreció algo más de tiempo si así lo necesitaba. Oferta que declinó. Todo ello se recoge en el acta de la sesión.
  • La segunda fase de la oposición es un ejercicio oral. Como es evidente, la Consejería tenía previsto la contratación de un intérprete de signos para acompañarla en el desarrollo de este ejercicio en el caso de que hubiese.
  • Educación recuerda que en las oposiciones al cuerpo de maestros de este año se presentaron 76 aspirantes que solicitaron adaptaciones de la prueba. Además quiere indicar que se pusieron a disposición de los opositores cinco ordenadores para personas con discapacidad, uno de ellos para una persona con discapacidad visual. También indica que se realizaron adaptaciones de tiempo de hasta una hora adicional por cada hora de examen para todos aquellos que lo solicitaron y acreditaron.