Nadie duda de los beneficios de la leche materna, del ´oro blanco´ para los bebés y del buen papel que hacen las donantes. En muchos hospitales de España existen los denominados ´bancos de leche´, que permiten, gracias a esas donaciones altruistas, que los bebés de las mujeres que no puedan dar de mamar tengan acceso a este alimento.

La Región, hasta ahora, carece de un banco como tal y sólo funciona el Centro de atención al donante de leche materna del hospital Santa Lucía de Cartagena. Está a punto de cumplir un año y lo gestiona el Servicio de Neonatología, bajo la coordinación de Ana García González. La intención de la consejería de Sanidad es abrir el primer banco de leche materna de la Región en el nuevo hospital Materno-Infantil del Virgen de la Arrixaca de Murcia. El centro cartagenero funciona como ´una sucursal´ del hospital Virgen de las Nieves de Granada desde que a principios del año pasado se iniciaron los envíos pilotos con leche artificial.

Pero fue en julio cuando, dados los buenos resultados de las pruebas, comenzó a funcionar el intercambio, a punto ya de cumplir un año. El jefe de la sección de Neonatología del Santa Lucía, José Luis Leante, indica que había muchas dudas ya que el centro granadino nunca había trabajado con donantes que estuvieran a unas tres horas de distancia en coche. «Lo más importante de todo el proceso es que no se rompa la cadena de frío, y que la leche, que viaja congelada, no pierda la temperatura idónea», explica Leante.

De Cartagena parte cada tres semanas un envío con entre una docena y quince biberones y entre ocho y diez litros. Desde que comenzó el programa, a Granada han llegado una decena de remesas. «Es la leche de las madres que han oido de nuestro programa, que dan de mamar a sus bebés y que producen más de la que consumen sus hijos», comenta el doctor, que añade que la solidaridad con las que no pueden dar de mamar les mueve a dar este paso.

El centro no tiene una cifra fija de donantes activas, pero nunca son menos de la decena: «Tienen que comprometerse a cumplir una serie de requisitos, como no tener enfermedades que se puedan transmitir a través de la leche; llevar un estilo de vida saludable, como no beber, no fumar y tomar como mucho un café al día; tampoco pueden estar tomando medicamentos que puedan ´pasar´ a la leche; y deben tener una pareja y una conducta sexual estables, entre otras cuestiones».

Las que acepten continuar se somenten a una entrevista personal y, pasado también este trámite, ya entran en el protocolo de madres donantes. «Se llevan a casa los botes y, cada una a su ritmo, se la extrae. Luego la congela y, periódicamente, nos la trae al hospital; lo suelen hacer cada quince días», apunta el doctor Leante, añadiendo que se les da todo tipo de facilidades, por lo que no hay horarios de entrega prefijados.

En un principio, al conocerse la existencia de este servicio, se apuntaron madres de otras ciudades de la Región, pero como el hospital no tiene servicio de recogida, no pudieron continuar.

Paso por paso

Una vez que se reciben las donaciones, el personal del hospital las guarda en el frigorífico específico hasta que llega el momento de mandarlas a Granada. El protocolo que se sigue en el transporte es muy estricto porque «ante todo, no se debe romper la cadena de frío».

Los contenedores que se utilizan son especiales para productos congelados, y, además, se incluye nieve carbónica, otra forma de asegurar que la leche llega a la temperatura adecuada. Además, se incluye un termómetro que graba la temperatura cada cinco minutos. Una vez que llega a Granada, allí los responsables del banco comprueban que no ha habido ninguna incidencia y, antes de pasteurizar la leche, la analizan para comprobar que está libre de sustancias tóxicas o de gérmenes.

Como cada bote llega con una etiqueta con los datos de la donante y con las características específicas de la leche -proteínas, más o menos grasa, etc.- entonces se decide a qué bebé irá destino. Una vez pasteurizada, el banco granadino la reparte entre las ´sucursales´ con las que colabora: una de Huelva, dos de Málaga, una de Jaén, otra de Almería, y otra de Motril.

«No necesariamente nos llega de vuelta la leche donada por las madres cartageneras; puede venir de cualquier otro centro», apunta Leante. De hecho, «solemos recibir un 60% de la cantidad enviada».

El último paso de todo el proceso es dar a los bebés este producto. «No se la toma cualquiera, al tratarse de un bien limitado», según el médico. Los candidatos a recibirla son niños prematuros, con menos de kilo y medio de peso y que han nacido antes de las 32 semanas de gestación. También quienes tienen problemas de tensión arterial y han sufrido asfixia neonatal; o tienen enterocolitis necrotizante. «Este último caso es una complicación muy grave del intestino que provoca la muerte de uno de cada tres pacientes; la leche materna, al asimilarse mejor, reduce en un 50% los riesgos», concluye.