El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se refirió ayer a la destitución el pasado viernes de Mario Gómez, delegado territorial del partido en Murcia, una decisión que, según Rivera, demuestra que la formación naranja toma medidas «ejemplares» contra las prácticas irregulares en las que puedan incurrir sus cargos.

Y es que al todavía portavoz de Ciudadanos en el ayuntamiento de Murcia se le responsabiliza de haber dado a proveedores del partido durante la campaña de las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015 la orden de que anularan las facturas que habían dirigido previamente a la dirección nacional del partido en Barcelona, relacionada con servicios como una batucada, un vídeo electoral, el alquiler de salas de un hotel para un acto público o la impresión de papeletas y sobres, y las volvieran a emitir, pero esta vez dirigidas al Grupo Parlamentario de Ciudadanos en la Asamblea Regional, de forma que fueran abonadas con dinero de las subvenciones públicas que recibe de la Cámara. Esto sería irregular, pues el reglamente de la Asamblea señala que las ayudas públicas que reciben los grupos solo se pueden emplear para sufragar los gastos corrientes y de funcionamiento.

Ciudadanos acordó ayer su destitución como delegado territorial en Murcia por el cargo de unos 18.000 euros en facturas de gastos electorales al grupo parlamentario regional cuando aún no estaba constituido. No obstante, en el mismo comunicado en el que se anunciaba esta medida, se achacaba lo ocurrido a «un error administrativo ya subsanado»; postura respaldada por el principal afectado -que, en palabras a esta Redacción lo atribuyó «a la bisoñez y falta de experiencia»- y el propio Albert Rivera.

En declaraciones frente a la caseta instalada por C's en la Rambla de Cataluña, con motivo de la Diada de Sant Jordi en Barcelona, el presidente de la formación naranja puntualizó que se trata en todo caso de una irregularidad puramente «administrativa», lo que no quita, eso sí, que haya que «ser ejemplares» y «marcar la diferencia» con otros partidos, como el PP, en cuyas filas se acumulan, ha dicho, los casos de corrupción sin que, por ejemplo, sean apartados los concejales populares investigados en Valencia.

A riesgo de que algunos consideren que C's trata con «dureza» a los suyos, Rivera ha defendido su política de «fiscalización y control» internos. En este sentido, tal y como anunció el partido en el comunicado que ponía fin a la etapa de Gómez como delegado territorial, «se han dado instrucciones al Grupo Parlamentario de Murcia para que sea absolutamente riguroso en la gestión de la contabilidad, tal y como siempre se ha indicado desde la secretaría de Finanzas», asegura el partido.

Queda en el aire, sin embargo, el cargo de Mario Gómez como portavoz municipal; y es que, si bien el partido puede presionarle para que dimita, como poseedor del acta de concejal la decisión final sobre su continuidad depende él. De momento, según pudo saber LA OPINIÓN, Gómez no tiene intención de hacer ningún movimiento hasta que se resuelva el expediente informativo que le han abierto.