Alrededor de 1.500 personas se encuentran sin hogar o viven en exclusión social en la Región de Murcia, y se calcula que sólo en el municipio murciano la cifra alcanza los seiscientos.

Así se desprende del estudio del Observatorio de la Exclusión Social (OES) de la Universidad de Murcia, presentado en la Fundación Jesús Abandonado, fruto de la colaboración entre este organismo, los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Murcia y todas las entidades de apoyo social que ofrecen recursos para las personas en riesgo de exclusión.

El perfil que se desprende de esta investigación sobre personas en situación de exclusión señala el predominio de hombres con un 78 por ciento, de procedencia muy diversa, la mayoría extranjeros en un 68,3 por ciento y sólo un 16,5 por ciento son personas nacidas en Murcia.

Entre el origen de los españoles destacan las comunidades de Andalucía, Valencia y Castilla-Mancha, mientras que entre la población extranjera predominan Marruecos, Rumanía y Bulgaria.

Con una edad media de 39 años, son solteros y con un nivel educativo bajo, ya que el 33,4 por ciento de ellos no han completado los estudios primarios. El tiempo medio en exclusión residencial es de 1,6 años. El 29 por ciento padece algún tipo de enfermedad física y el 17,3 por ciento psíquica.

El libro, que está patrocinado por la Fundación Jesús Abandonado, no sólo pretende ofrecer un recuento de las personas en situación de exclusión en Murcia, sino también un análisis profundo de los contextos y de los itinerarios individuales de cada persona que conducen a una situación de marginación.

El director del OES, Manuel Pedreño, destacó que las principales conclusiones de la investigación demuestran que la exclusión residencial «es consecuencia de los graves problemas estructurales dentro la sociedad».

Así, remarcó que más allá de los factores individuales, como pueden ser déficits educativos, problemas de salud, adicciones o conflictos familiares, la exclusión residencial tiene su origen en factores externos como inseguridad y precariedad laboral, paro de larga duración, escasez de empleo, ausencia de reorientación formativa y profesional o prestaciones sociales insuficientes.

Para los autores del estudio, la amplia acumulación de causas impide que los esfuerzos que actualmente se realizan para paliar este fenómeno sean suficientes, «exigiendo un enfoque integral de los problemas estructurales que inciden en los procesos de exclusión social y residencial».

Asimismo, indican que es necesaria la coordinación entre todos los sectores que intervienen en las políticas sociales.