La Fiscalía de Málaga ha formulado acusación contra un hombre por un delito masa continuado de estafa, al considerar que presuntamente engañó a varios cientos de padres de alumnos de diferentes centros españoles con un concurso literario y la posterior edición de un libro con los relatos. Así, solicita que se le imponga seis años de prisión y que pague el dinero entregado, que en total asciende a 195.700 euros.

Esta operación delictiva también se habría llevado a cabo en Inglaterra y los planes eran extenderlo a Francia, según se informó en su día desde la investigación. En España, han presentado denuncia varios cientos de perjudicados, localizados en distintas provincias del país como Murcia, Valladolid, Zaragoza, Madrid, Pontevedra, Ibiza, León, Logroño, Sevilla y Alicante.

Según se recoge en el escrito provisional de calificación, el acusado, de nacionalidad inglesa, organizó a nivel nacional el concurso 'Jóvenes escritores', a través de su empresa y la sucursal de ésta en España. Así, contactó con los distintos centros docentes repartidos por el país y les informó del objetivo de la iniciativa, facilitándoles la web.

Los estudiantes redactaban unos relatos y los mejores eran seleccionados para posteriormente ser publicados en un libro, que podían ser adquiridos por los padres por un precio de 12,95 euros por ejemplar, se precisa en la acusación pública. Según la investigación, se llegó a conseguir 9.143 suscriptores-concursantes en toda España, de los que han denunciado varios cientos.

Desde marzo de 2010, dice el ministerio fiscal, el acusado "dejó de suministrar los libros que los padres de los alumnos habían comprado". La empresa española fue descapitalizada y se colocó en situación de insolvencia, por haberse llevado el dinero a la matriz en Inglaterra y, a pesar de "conocer que no se suministrarían más libros", se siguieron aceptando los encargos.

Según la acusación pública, el responsable de la empresa no avisó a los clientes de la situación económica ni siquiera en la web se dijo que se suspendían los concursos, mientras que "siguieron admitiendo transferencias". Dos empleadas en Málaga advirtieron al procesado de la necesidad de comunicar a los clientes de lo que ocurría y no admitir más pedidos, pero éste "no hizo el menor caso".

Incluso, relata el fiscal, el informático colocó en la web un aviso de cese, por encargo de una de las empleadas en Málaga, pero cuando el acusado se enteró "desde Inglaterra lo quitaron". Asimismo, realizó una serie de operaciones para cerrar las empresas, una noticia que salió en la prensa británica, advirtiendo de que la operación dejó una deuda de 470.000 libras.

Al acusado, que al parecer se encuentra en paradero desconocido, se le pide, además de la pena de prisión y el pago de la indemnización, una multa de 12 meses a 20 euros diarios, es decir, 7.200 euros. Como responsables civiles tienen que responder, entiende el fiscal, la empresa matriz y la sucursal en España. La causa se tramita en el Juzgado de Instrucción número 2 de Fuengirola.